México fue derrotado en la Copa del Mundo el pasado domingo. Tristemente, quien pierde en este suceso no es un equipo, es una inmensa afición que se creyó lo que le vendieron y pierde también, el deporte mexicano. ¿Quién fue el ganador? ¿Argentina? Por supuesto que no… Fueron las televisoras nacionales, la Federación Mexicana de Fútbol y las marcas que patrocinaron. En México, el fútbol no es un deporte… es marketing, es sólo negocio.
En México hay mucho marketing y poco deporte en el tema del fútbol. Es por eso que se puede triunfar en otras disciplinas como el Tae Kwon Do o los clavados; pero en el soccer, los jugadores están sobre apreciados y por ende sobrepagados; eso sin mencionar las grandes marcas que invierten millones en ellos… aunque no den los resultados esperados.
A finales del 2009, BBVA e IXE calcularon que la transmisión del Mundial generaría ingresos a las televisoras por 90 millones de dólares (mdd).
Asímismo se dijo que la Federación Mexicana de Fútbol aseguraría casi 11 mdd por la participación de México en la primera ronda, sin contar primas adicionales por avanzar a la siguiente. Según Rogelio Roa, de DreaMatch Solutions, los patrocinadores de la Selección aportarían la escandalosa cifra de entre 179 y 230 millones de dólares. A esto hay que sumar los derechos de transmisión en México y EU (a cargo de Soccer United Marketing), los cuales suman otros 100 mdd.
¿Es o no es un negociazo la Selección Mexicana? ¿Realmente creen que con este marco, a los que amasaron estas fortunas, les interesa que no se lograra el 5o partido?
Durante el Mundial, en los medios sociales, el famoso «Haz Sandwich» se transformó una y otra vez en diferentes gritos de batalla de acuerdo al equipo que se enfrentaba. Las calles, los televisores y tiendas de México aún están retacados de publicidad de Bimbo, Coca-Cola, Coppel, Movistar, Toyota, Lala, Corona, Rexona, Adidas… ¿No es darle mucho escaparte mercadológico a un deporte que no termina de cuajar? ¿No es esto aprovecharse de una pasión desmedida de una afición? Y no hablamos sólo de la que vive en México, sino también de la que habita en Estados Unidos, a la que le llevan partidos mediocres, de centavos, y se los venden a precios en dólares ¿Y cuánto de esto se reinvierte en mejorar el fútbol? No hagan cuentas… el porcentajes es estúpidamente ridículo.
Hoy se fue un director técnico más de la Selección Mexicana. Concluye un ciclo más con los mismos decepcionantes resultados. Los villanos no son los jugadores. No es el técnico. No son las marcas. Es la ambición desmedida de quienes manejan el fútbol en México que siempre anteponen el billete a la evolución de nuestro deporte. El sistema está podrido.
Por desgracia, ésa es la realidad… y con una mezcla de coraje y tristeza escuchamos a José Ramón Fernández espetar una durísima verdad: «países de menor calidad van a llegar primero a ganar la copa que México, tal es el caso de Estados Unidos.» ¿Y por qué podría pasar esto, lo cual sería una enorme desgracia para nuestro fútbol? Simple. Porque esos países aunque ven por el marketing, también lo hacen por el deporte. Tomen por ejemplo a la NFL, la liga más exitosa del orbe. Hablando de soccer, hasta antes del Mundial del 94 ¿Quién rayos sabía de soccer en EU? Hoy (con todo el respeto que me merecen) los tristes gringos pasaron primeros de su grupo y actualmente son la nación donde más soccer femenil se juega… Los gringos están invirtiendo en su deporte ¿Y nosotros, cuándo?
¿Cuándo tendremos una liga con un estilo de competencia como los europeos? Por puntos y sin ridiculeces de mediocres liguillas. ¿Cuándo dejaremos de sobrepreciar jugadores y tratarlos como estrellas? ¿Cuándo castigaremos, como en la liga inglesa, a aquellos que finjan faltas en el área? ¿Cuándo invertiremos más en preparar futbolistas mexicanos y menos en importar talento extranjero?
Es una desgracia que haya tanta pasión en México y tan poca honradez, tan pocas ganas de hacer bien las cosas por parte de los niveles más altos… pero qué se puede hacer. Cada cuatro años, la misma historia vuelve a suceder.
Quiero creer que en Brasil no sucederá, quiero creer que verdaderamente se logrará algo significativo, que los vergonzantes poderes que mueven el fútbol mexicano dejarán pasar un poco de luz y que no volveremos a presenciar una conferencia tan dantesca y patética como la que hoy se dio en el adiós a Aguirre; quiero creer que en cuatro años más, no estaré aquí escribiendo un post muy similar al del día de hoy…
Quiero creer que el fútbol en México puede ser más deporte y menos marketing… y lo dice un mercadólogo, pero antes, un mexicano.