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Por qué WhatsApp no es un canal corporativo

WhatsApp no es un canal corporativo

Gary Vaynerchuck suele decir: «…yo no creo contenido para las redes sociales… documento lo que hago y eso se convierte en lo que publico en mis redes sociales… Muchos de ustedes tienen tanto miedo de ser abucheados que nunca comienzan.«

A lo largo de los últimos años, he observado cómo WhatsApp se ha convertido en una herramienta omnipresente, tanto que en muchos casos, pese a que WhatsApp no es un canal corporativo ha sustituido a las vías formales de comunicación en los negocios. Desde coordinaciones rápidas hasta negociaciones clave, parece que esta plataforma ha asumido un rol que quizá no estaba destinada a ocupar.

Con esta experiencia en mente, decidimos publicar un post en LinkedIn para compartir nuestros pensamientos sobre el tema. Pero no fue un post cualquiera. Después de escribirlo, le pedí a la inteligencia artificial (IA) que tomara mi redacción y le añadiera un tono mordaz, nivel 7, en una escala del 1 al 10… buscando provocar emociones.

El resultado fue una publicación que, en menos de 12 horas, generó más de 225 reacciones, alrededor de 50 comentarios, fue compartida 30 veces y desarrolló 15 solicitudes de nuevos contactos. Sin embargo, la interacción no solo fue numerosa, sino polarizante: algunos comentarios fueron negativos, incluso rozando el insulto, pero muchos otros apoyaron el punto de vista expresado.

Lo interesante aquí no es solo el volumen de interacción, sino lo que revela sobre las audiencias. Cuando el contenido es auténtico y desafía ideas establecidas, genera una conversación genuina, incluso si no todos están de acuerdo. Y eso, al final del día, es el objetivo del contenido: provocar pensamiento, conversación y reflexión, no necesariamente consenso.

Tres lecciones podemos cosechar del hecho

La primera: el contenido que realmente conecta no busca agradar a todos. A veces, el miedo al juicio o a la crítica nos detiene, pero la autenticidad siempre tiene más peso que la perfección.

Documentar lo que vivimos, como sugiere Gary Vaynerchuck, y atrevernos a presentar nuestras ideas sin filtros (o con un toque de acidez bien calculada) puede marcar la diferencia. Porque, al final, las grandes conversaciones no nacen de lo que es cómodo, sino de lo que es real.

El segundo aprendizaje es que la IA puede ser una gran aliadasi sabes cómo aprovecharla. En este caso, solo le pedimos que elevara el tono de nuestra redacción y le dimos una escala para trabajar. El resultado superó nuestras expectativas, generando una reacción mucho mayor a la anticipada. Esto refuerza una idea clave: la IA no sustituye la creatividad ni el pensamiento crítico, pero puede potenciar ambos cuando se le da la dirección correcta.

El tercer aprendizaje, quizás el más profundo, es que muchas veces preferimos atacar lo que nos resulta incómodo o defender lo indefendible, antes que cuestionar nuestras propias creencias o aceptar que podríamos estar equivocados. Es una reacción humana, pero también una barrera para el progreso, tanto personal como profesional.

Con este último punto en mente, quiero explicar por qué sostengo que WhatsApp no es un canal corporativo y por qué no debería ser utilizado de esa manera.

Por qué WhatsApp no es un canal corporativo

Falta de formalidad y trazabilidad:

Problemas de privacidad:

Riesgo de pérdida de información:

Exclusión de herramientas colaborativas:

Cumplimiento legal y profesionalismo:

WhatsApp Business es una solución pero no es lo común

Las cuentas de WhatsApp Business poseen mayores funciones y posibilidades que las personales pero la realidad es que aquí no estamos hablando de eso. Estamos hablando de las conversaciones que se dan al interior de las compañías o incluso con clientes, sobre comunicaciones que debieran haber sido tratadas por canales más corporativos, y sin embargo se hacen en cuentas de WhatsApp personales.

Es verdad que en WhatsApp Business es factible automatizar el envío de mensajes o gestionar respuestas, a través de herramientas externas y APIs, pero esto requiere configuraciones adicionales.

Para una cuenta personal de WhatsApp, no existe una herramienta oficial ni legalmente aprobada para automatizar el envío de chats o mensajes a un correo electrónico. WhatsApp tiene políticas estrictas en contra de la automatización en cuentas no comerciales (no Business) y podría bloquear tu cuenta si detecta el uso de herramientas de terceros.

Esto también es un enorme respaldo al argumento de por qué WhatsApp no es un canal corporativo.

Alternativas manuales o semi-automatizadas:

  1. Exportar chats manualmente
    Como mencioné antes, puedes exportar conversaciones manualmente desde WhatsApp y enviarlas a un correo electrónico. Esta es la opción más segura y funcional para cuentas personales.
  2. Aplicaciones de respaldo (limitadas)
    Algunas aplicaciones, como Google Drive o iCloud, respaldan tus mensajes de WhatsApp. Aunque no envían los chats directamente al correo, podría extraerse la copia de seguridad y convertirla en texto con herramientas adicionales.
  3. Uso de aplicaciones no oficiales (no recomendado)
    Existen aplicaciones no oficiales que prometen automatizar el envío de mensajes o chats a correos, pero estas suelen violar los términos de servicio de WhatsApp. Esto puede resultar en suspensiones permanentes de tu cuenta.
  4. Uso de IA para procesar exportaciones
    Si necesitas extraer chats con regularidad, podrías:
    • Exportar el chat como archivo .txt.
    • Crear un flujo de trabajo con herramientas como Zapier o Make que procesen el archivo y lo envíen a tu correo.

¿Por qué entonces muchas personas prefieren y usan WhatsApp para negocios?

  1. Inmediatez:
    • WhatsApp permite respuestas rápidas y evita los tiempos de espera habituales del correo electrónico.
    • Es más accesible, especialmente para equipos que no están frente a un escritorio todo el día.
  2. Uso extendido:
    • Muchas personas ya están habituadas a WhatsApp, y su interfaz simple lo hace más intuitivo que herramientas corporativas.
  3. Flexibilidad:
    • Facilita compartir imágenes, videos o notas de voz sin necesidad de plataformas adicionales.

El término medio: cuándo usar WhatsApp y cuándo no

Si bien WhatsApp no es un canal corporativo, puede ser útil en ciertas situaciones laborales, es importante establecer límites claros. Podrías proponer lo siguiente:

  1. Usar WhatsApp solo para comunicaciones rápidas o urgentes:
    • Confirmaciones breves, recordatorios inmediatos o avisos que no requieren registro formal.
  2. Correo electrónico para asuntos oficiales:
    • Instrucciones, solicitudes, documentos importantes y temas que necesiten respaldo o trazabilidad.
  3. Integrar herramientas híbridas:
    • Plataformas como Slack, Microsoft Teams o Asana pueden cubrir ambas necesidades: rapidez e integración con procesos formales.

En resumen…

No se trata de ser anticuado, se trata de pensar en la eficiencia y profesionalismo a largo plazo. Usar el canal correcto para cada tipo de comunicación es clave para evitar malentendidos, proteger información y respetar límites personales.

Pero… al final es tu decisión.


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