Philips ha desarrollado una lámpara para atraer a los insectos. No es ninguna novedad; desde hace años existen… y para ser francos, cualquier lámpara hace lo mismo. Ignoro cuál sea la innovación del producto sin embargo la manera de publicitarlo fue bastante creativa.
Para lograrlo se desarrollo una pieza de marketing directo. Una pieza así debe ser inolvidable o simplemente no existir. [tti link=» Twittea esta frase.»]Una pieza de marketing directo debe ser inolvidable o simplemente no existir.[/tti] ¿Por qué? La respuesta es simple. Es invasiva pero agradable. Invasiva porque llega hasta donde estamos, no hay manera de evitarla; y agradable porque siempre tiene esa atmósfera de misterio por saber qué se encuentra dentro de los extravagantes contenedores con los que suele llegar.
Cuando la pieza es aburrida o monótona, el efecto buscado es justamente lo contrario a lo que hubiéramos podido lograr. Simplemente se vuelve una experiencia frustrante en donde nos preguntamos ¿Cómo pueden gastar dinero en esto? o ¿Cómo pueden hacerme perder así el tiempo? De modo que más vale que si enviamos una pieza así sea lo suficientemente buena.
En este sentido, como señalé al inicio, el producto de Philips no es de lo más innovador, sin embargo la pequeña tarjeta que lo anuncia sí, reuniendo en un diseño sólido, económico y sencillo, la experiencia completa del producto en sí… simplemente atre a los insectos. Sólo vean el video y lo entenderán. Si yo recibiera algo así, seguro estaría entretenido un buen rato y se lo mostraría a varias personas, lo que curiosamente me convertiría en el agente de ventas de Philips ¿Suficientemente eficiente, no?