Un nuevo año ha comenzado… y todos se llenan de propósitos. No solo son las iniciativas de los individuos. Son las instituciones, las marcas, los influencers… todos instándonos a tener una mejor vida, a disfrutar más cada día, a trabajar menos para pasar más tiempo con aquellos que importan.
La realidad es que esto es casi imposible.
Y si realmente queremos hacerlo, necesitaríamos cambiar el paradigma.
¿Por qué imposible? Porque aún cuando las empresas digan una y otra vez que se preocupan por sus colaboradores, la realidad es que lo hacen muy poco.
Empresas responsables ¿una falacia para los colaboradores?
Recientemente tuve que visitar mi banco para realizar un trámite para un seguro de accidentes, y cuando la ejecutiva me explicaba el producto, me dijo:
Si tiene cualquier duda, puede comunicarse al banco en cualquier momento, yo puedo asistirle personalmente hasta las siete todos los días.
-¿Siete? – le pregunté. – … pero el banco cierra a las cinco. –
– Sí, pero nosotros salimos hasta las siete. – respondió con resignación.
Me quedé pensando en esa jornada de trabajo que seguramente sería de nueve horas.
¿De qué te da tiempo al salir de trabajar con un horario así? De dirigirte a casa. Llegar hecho trapo… quizás preparar algo de cenar, cruzar algunas palabras con la familia o la pareja y dormir. Fin.
Y al día siguiente lo mismo. Uno tras otro día hasta que la vida se te consuma… sin expectativa de trabajar menos para disfrutar más.
¡Vaya forma de pasar tus días!, ¡vaya forma de preocuparse por el bienestar de los colaboradores!
Lo sé. Dirán: ése es el sistema, Luis. Así funciona. Y tienen razón. Es una desgracia. Ese es el sistema y así funciona para la mayoría.
Pero entonces es mejor hablar con la verdad… y decir que tenemos jornadas estúpidamente largas, y que las empresas en realidad no se preocupan por nuestro bienestar, pese a sus políticas de responsabilidad social. Al menos tendremos la verdad y no estas quimeras de trabajar menos y vivir mejor.
Pero vayamos un poco más a fondo.
¿Es necesario trabajar 8 horas diarias o deberíamos trabajar menos?
De acuerdo con Harvard Business Review, la jornada laboral de ocho horas se remonta a una conquista laboral del siglo XIX. Cuando no había un límite al tiempo que las empresas podían exigir a los trabajadores de las fábricas, y la revolución industrial daba origen a niños de tan solo seis años trabajando en las minas de carbón. Para frenar estos abusos, los sindicatos estadounidenses lucharon hasta lograr una semana laboral de 40 horas.
¡Hablamos de una jornada para romper el abuso en minas y fábricas… del s. XIX!
Hoy, en el s. XXI, el modelo es obsoleto. La naturaleza de mucho del trabajo actual ha pasado de la tarea fabril a actividades que requieren pensamiento crítico, resolución de problemas y creatividad.
Por si fuera poco, internet ha transformado la forma en que vivimos, trabajamos y jugamos… Muchos podemos ser más productivos desde nuestros estudios en casa, en vez de las jaulas de cristal conocidas como oficinas o los cubículos de 2 metros cuadrados… en el mejor de los casos.
Las horas nalga
Adam Grant, psicólogo organizacional, señala:
«…cuanto más complejos y creativos son los trabajos, menos sentido tiene prestar atención a las horas trabajadas».
Pero los “jefes”, y las empresas por ende, no parecen comprender esto y cualquier sugerencia sobre trabajar menos tiempo les provoca ardor.
Y así, la jornada laboral de ocho horas sigue reinando. En palabras del mismo Grant:
«…los líderes son notablemente buenos para anclar todo en el pasado, incluso cuando sea irrelevante para el presente».
México, como una muestra de lo anterior, es el país con la jornada laboral más extensa pero más improductiva, según la OCDE y la OIT. Esto es lo que denominamos presentismo u… horas nalga.
El Flujo o la Zona
Es verdad que no todos los empleos pueden realizarse en una condición de home office o con jornadas reducidas, pero es innegable que muchos sí. El por qué es simple:
…algunas personas trabajan mejor cuando se encuentran en “la zona”.
El trabajo no mecánico, el que requiere dosis de análisis, ingenio y creatividad, necesita que las personas entren en un estado fisiológico/mental acuñado por la psicóloga húngaro-estadounidense Mihaly Csikszentmihalyi como “el Flujo”, refiriéndose a un estado de inmersión total en una actividad. A este estado muchos los conocen también como «la Zona».
En lo particular, yo entro en “la zona” en mi estudio, con la pequeña Alexa tocando la Playlist para trabajo que le he configurado, al lado un café doble y mi Mac. ¿Soy productivo así?, ¿coordino gente? ¡por supuesto! Gracias a Trello, Hangouts, Drive y WhatsApp Web, entre otras herramientas, estoy en contacto con colaboradores y clientes todo el tiempo. Para mí, una jornada así es la mejor manera de entrar en «la zona» o «el flujo» y ese estado no lo alcanzo al 100% en otro lugar.
Un estudio de McKinsey sobre el flujo o la zona, que tuvo una duración de 10 años, encontró que:
…los altos ejecutivos son hasta 500% más productivos cuando están en ese estado.
Otro estudio realizado por científicos de Advanced Brain Monitoring también descubrió que estar en el flujo, reduce a la mitad el tiempo de entrenamiento que se requiere para que un novato adquiera niveles de expertise.
¿No deberíamos como individuos y empresas, preocuparnos más por llegar a ese estado, en vez de trabajar más horas, trabajar menos pero mejor?
La jornada laboral hoy
Ya hablamos de la zona y su importancia, ¿pero qué hacen las empresas hoy? Han optado por tener espacios abiertos donde literalmente hacinan a los colaboradores uno al lado de otro y premian a los trabajadores que más tiempo pasan allí… ¿tóxico? ¡a quién le importa!
A veces para justificar esto, algunos expertos señalan que no se debe trabajar menos, solo preocuparse menos.
La tecnología no busca trabajar menos, sino producir más
La tecnología no se ha enfocado en volver a la organización más productiva, solo más estresante. El correo electrónico, los tasks managers y la mensajería social, que debieran facilitar las actividades, han convertido el día a día en una correa corta de la que los colaboradores no se pueden liberar.
No es raro que un empleado pase horas respondiendo mails; que reciba mensajes en días libres o que se le asignen tareas imposibles de cumplir en horarios estipulados a través de gestores de tareas.
Esto sin mencionar a los jefes amantes de las juntas que roban tiempo en temas que pudieron resolverse en una llamada o mail.
Finalmente habría que sumar las tareas invisibles, que son rutinarias y no brillan, pero deben ejecutarse y consumen tiempo.
Y con todo esto, las empresas hoy esperan colaboradores listos a responder de inmediato y que sean altamente productivos.
El estrés laboral tiene un costo. La Organización Internacional del Trabajo calcula que hasta un 3% del Producto Interno Bruto (PIB) de las naciones se pierde por esa causa y todo lo que conlleva: menor productividad, más ausentismo, trabajadores que rinden menos. Por eso, ha señalado que el nuevo enfoque del trabajo, para el nuevo milenio, es que debe estar enfocado en el ser humano.
Trabajar menos, trabajar mejor ¿es posible?
«La gente pierde mucho tiempo en el trabajo», señala Grant.
Estaría dispuesto a apostar que en la mayoría de los trabajos, la gente haría más en seis horas enfocadas que en ocho horas fuera de foco.
Adam Grant, psicólogo organizacional
Cal Newport, autor del best-seller, «Trabajo a fondo: Reglas para el éxito focalizado en un mundo distraído», señala:
Tres a cuatro horas de trabajo profundo continuo e ininterrumpido cada día es todo lo que se necesita para ver un cambio transformador en nuestra productividad y nuestras vidas.
Finalmente Jason Fried, autor de «No tiene que volverse loco en el trabajo», señala:
Si no obtienes ‘el flujo’ cuatro horas por día, dedicar más horas no lo compensará. Simplemente no es cierto que si te quedas en la oficina más tiempo haces más trabajo.
De modo que sí… hay jornadas de ocho horas pero no quiere decir que sean productivas. Trabajar menos puede tener mejores resultados… si nos damos la oportunidad.
Ejemplos de trabajar menos, trabajar mejor
Las oficinas que desaparecen: Heldergroen
En Holanda, la agencia creativa Heldergroen, desaparece los escritorios a las seis de la tarde para que nadie trabaje tiempo extra.
También abre las posibilidades de un nuevo espacio, que puede convertirse fácilmente en una pista de baile, un estudio de yoga o en el escenario perfecto para organizar una fiesta.
«Es un ritual para hacer saber a los empleados que hay un tiempo y un espacio para trabajar«, asegura Sander Veenendaal, el director del estudio de diseño.
Jornadas de seis horas de trabajo en Suecia
En Suecia, el sistema de seis horas ya se está probando con buenos resultados en varias empresas. Jimmy Nilson, CEO de la compañía Background AB señala:
…es difícil concentrarse en el trabajo durante 8 horas; con seis horas los empleados están más centrados y realizan sus tareas más rápido.
Microsoft Japón hace jornada de 4 días
Los 2.300 empleados de Microsoft Japón en Tokio hicieron una prueba de reducción de jornada recientemente. Mismo sueldo, mismas obligaciones y menos horas, concretamente llevando una semana de cuatro días laborales y un total de 32 horas de trabajo.
El resultado fue un triunfo: repuntes de concentración, ánimo, conciliación y felicidad de los profesionales, ¡y productividad! con un aumento de 40%. Sobra decir que el hecho formó parte de su comunicación de reputación a finales del 2019.
Trabajar menos días, pide Carlos Slim en México
«Deberías tener más tiempo para ti durante toda tu vida, no cuando llegues a la jubilación», argumenta Carlos Slim, el empresario mexicano, uno de los hombres mбs ricos del planeta.
«Con solo tres días de trabajo a la semana, donde trabajáramos once horas, sería suficiente; podríamos relajarnos y tener más calidad de vida».
En Telmex, una de sus empresas, algunos trabajadores ya trabajan cuatro días a la semana.
Atreviéndose a cambiar el paradigma laboral
Cómo trabajar menos en tu negocio
El consejo: si eres empresario, arriésgate a elevar la productividad reduciendo el tiempo, pero focalizando el trabajo… o cambiando el esquema a home office cuando el trabajo lo permita.
Desde HBR dan estos 6 tips:
- Enfócate en tareas de alto valor, alineadas con las fortalezas de los empleados y las metas de tu equipo.
- Cortar: reduce o elimina las tareas que no agregan valor. Reduce el tiempo de reuniones, desactiva las notificaciones sociales; verifica tu correo electrónico por lotes.
- Automatiza: si se trata de una tarea orientada a procesos paso a paso, probablemente se pueda automatizar con algún software.
- Subcontratar: si no se puede automatizar, probablemente se pueda delegar o subcontratar.
- Prueba: se pierde mucho tiempo en el análisis de parálisis y en la sobreinversión en las cosas equivocadas. Puedes evitar ambos a través de la experimentación efectiva, la medición rápida y la adaptación en consecuencia.
- Inicio: Haz lo que sea necesario para arrancar el motor. Bloquea el tiempo en tu agenda, trabaja una cosa a la vez, haz lo más difícil primero.
Uno de los mottos que siempre hemos manejado en LuisMaram es que «hay una mejor forma de hacer marketing«… pues bien, para que esto exista, es necesario que antes haya «una mejor forma de ser y hacer empresa«.
Las compañías que logren hacer estas transformaciones, elevarán su reputación de inmediato, además de convertirse en un modelo de endomarketing… y obviamente un imán para el mejor talento.
Trabajar menos como freelance
Ahora que si trabajas por tu cuenta como freelance o puedes fijar tú mismo tus horarios, experimenta, rompe el paradigma. Trabaja a tope de las nueve de la mañana a las tres de la tarde. Hazlo rendir. Cada segundo. Y entonces detente. Pero no te tires en la cama a dormir o ver TV. No te consumas en tu móvil ni en tus redes sociales. Busca aprender una actividad nueva. Convive con tus hijos realmente. Encuentra un hobbie productivo. Haz deporte. Te sorprenderá la cantidad de nuevas conexiones en tu cerebro y lo que puede cambiar tu vida.
Y para aquellos mercadólogos digitales, tenemos 21 tips de cómo optimizar su tiempo en marketing de contenidos, sin consumirse en sus jornadas laborales.
El Downshifting, trabajar menos para vivir mejor
Ya para cerrar, te recomendamos echar un ojo a conceptos como el Downshifting, que pone el dedo en la llaga con su Manifiesto, escrito por Tracy Smith:
El dinero: Estamos rodeados por la cultura del crédito del ‘Compre ahora, pague después’ y hemos olvidado el valor de nuestros ingresos reales. Cuanto más dinero gastamos, más tiempo debemos trabajar para pagarlo.
Tiempo: ¿Cuál es el punto de poseer una fortuna, si no tenemos tiempo para gastarla?
¿Tienes como empresario o como profesional la audacia de romper el paradigma? El mundo lo cambian aquellos que creen primero en la locura.
Si quieres mantenerte al día con artículos como este, que explican a detalle las estrategias de marketing, comunicación y reputación para crear marcas que inspiran, puedes recibirlos en la puerta de tu mail… Y si necesitas una asesoría para tu negocio , requieres que difundamos algún contenido o necesitas una capacitación en marketing online, échanos un grito. Amamos saber de ti.
Deja un comentario