Viene uno manejando plácidamente una tarde de verano, cuando de repente ¡iiieiieiieiieiiii! El carro se detiene frenado por los impulsos hormonales de cualquier hombre común. Ante mis ojos aparece esta enorme publicidad… Ahora sé porqué les llaman espectaculares.
Tremenda imagen para un panel de más de 15 metros, colocada encima de un edificio. Aquel que no se detenga para admirar esto, simplemente no es hombre ¿o debiera decir mujer?
Menciono lo último porque la publicidad pertenece a la segunda temporada de la serie televisiva The L Word; programa que está rompiedo barreras en aquellos países cuyas cadenas apuestan por esta polemica propuesta. The L Word narra la forma de vida lesbiana: sus problemas, alegrias, fracasos y éxitos. Pero ¡caray! ¡con qué modelitos!
Conmigo, en este caso, el proceso AIDA se realizó completo.