Los visitadores médicos tienen la función de acercarse a los galenos para mostrarles los últimos medicamentos de los laboratorios a fin de que estos los receten a sus pacientes. Con los dentistas sucede igual.
En este marco, los visitadores no sólo dejan muestras sino un montón de promocionales con el fin obvio de la recordación; ese merchandising, la verdad suele terminar en manos de los hijos, la secretaria o en la papelera porque casi siempre es una tonga de curiosidades inútiles.
La pregunta es ¿Por qué no pensar en un objeto que verdaderamente sea útil, innovador y en sí mismo pudiera ser un buen recordatorio? ¿En serio es tan difícil? ¿Pueden generar publicidad para Cannes pero no pueden hacer un promo decente?
Un buen ejemplo es este block de Post-It, que si bien fue enviado como marketing directo, funciona perfectamente como muestra. Los pequeños papelillos Post-It usualmente son amarillos, sin embargo, aquí, conforme el dentista los usara, poco a poco se tornarían blancos. Así es, el producto para el cual fueron diseñados es un blanqueador dental de Oral-B. El copy en cada hoja dice «Entre más lo uses, más blanco se vuelve» y es una alegoría obvia entre el block y los dientes.
Un objeto útil, de uso frecuente y enlazado a la funcionalidad del producto… el secreto de un buen promo. [tti link=» Twittea esto.»]Objeto útil, de uso frecuente y ligado a la funcionalidad del producto: el secreto de un buen promo[/tti]
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