A lo largo del ciclo de vida de un producto se utilizan tres tipos de publicidad: informativa, persuasiva y recordatoria; ésta última nos permite ejecutar acciones tan disparatadas como ésta de McDonald’s.
Posteriormente, una vez que hemos ascendido en la curva del ciclo de vida del producto y por tanto, el mercado ya sabe de qué le hablamos, habrá que hacer publicidad persuasiva, y aquí sí, hay que arrebatarse los clientes a dentelladas. En este caso, el uso de la retórica es muy intenso.
Finalmente, cuando el producto y el mercado están maduros y entramos en una fase de estabilización, es común la publicidad de recordación, aquella que dice «¡Hey, recuérdame, soy tu marca!» o «Ya me conoces, ¿No quisieras en este momento uno de mis productos?
Este último caso es el que vemos aquí, un fantástico ambient marketing para simplemente recordarle a los transeuntes que McDonald’s está sirviendo café.
Una ejecución imponente e innovadora… creatividad pura.