Diseño gráfico para el Van Gogh Museum Café de Amsterdam. Soberbia publicidad que no requiere de copy; se basta a sí misma con la grandeza de su mutilado concepto y la relación guardada con el nombre del lugar.
Hay dos versiones respecto a la oreja de Van Gogh. La primera es que, tras una disputa con su amigo Gauguin, se automutiló y le pidió a una prostituta que le llevara la oreja como símbolo de arrepentimiento. La segunda es que el pequeño trozo del artista le fue ofrecido a una prostituta como regalo. De cualquier forma, el episodio es harto trágico aunque un ícono de la historia del arte… como es posible apreciar en esta brillante ejecución.