A veces en publicidad, cuando una marca está bien posicionada, simplemente hay que sacudir la jaula un poco… en otras palabras, hacer un poco de barullo para que nos miren nuevamente. Tal es el caso de Post-It.
La ejecución consiste en ofrecer blocks de Post-It como Twitter vintage. Vintage es un término que alude a lo retro. El insight cobra sentido, y el mensaje es que los recaditos en papel son el antecesor de Twitter (aunque esto no necesariamente sea cierto)
El empaque ha provocado polémica porque algunos dicen que Post-It es una marca lo suficientemente sólida como para no tener que recurrir a otra para apoyarse. Yo digo que precísamente esta polémica es lo que beneficia al producto de 3M, que se ha convertido en un commodity y que, al generar una publicidad controvertida, vuelve a poner los ojos del consumidor en ella… y además, por razones que aún no alcanzo a entender del todo, lo vintage ejerce una extraña fascinación sobre la mayoría de la gente. Debe ser por lo que Martin Lindstrom sugiere respecto a que siempre miramos al pasado con un sentido positivo.
Un ejercicio interesante que sólo las marcas bien posicionadas pueden arriesgar ¿Qué opinan?