¿Para qué sirven los gurús en el marketing? Muchos podrían encontrar esta pregunta como una necedad, sin embargo, otros tantos no podrían contestar objetivamente. Aquí un breve comentario al respecto.
El problema de escuchar a un gurú, podrían decir muchos, es que sus conceptos suelen ser demasiado elevados, demasiado inalcanzables, demasiado adelantados a su tiempo, por decirlo de algún modo. ¿Realmente es así? Veamos algunos ejemplos.
BJ Fogg, calificado por Fortune como uno de los gurús del momento, ha dicho que «Facebook es la tecnología más persuasiva que ha existido.» [tti link=» Twittea esta frase»] Facebook es la tecnología más persuasiva que ha existido: BJ Fogg [/tti] Podemos estar completamente de acuerdo con él, sobre todo después de saber que el gigante de las redes sociales tiene 700 millones de usuarios; sin embargo, tratar de explicarle esto a una empresa en México para que invierta en redes sociales, podría causar que nos tildara de locos, geeks o inocentes en el mejor de los casos. Para gran parte del empresariado mexicano, Facebook no deja de ser simplemente, un medio de esparcimiento.
Ayer leí en Twitter una frase de Philip Kotler que me pareció excepcional. «Aprender marketing toma días. Desafortunadamente toma una vida para ser un maestro.» [tti link=» Twittea esta frase»] Aprender marketing toma días. Desafortunadamente toma una vida para ser un maestro: Kotler [/tti] No podríamos estar más de acuerdo con él… sin embargo bastaría recorrer las agencias de publicidad y mercadotecnia o darnos una vuelta en cualquier entrega de premios para encontrarnos una tonga de orgullosos gerentes y creativos que se sienten en la punta de la disciplina, donde ya no hay nada más que aprender.
Seth Godin, uno de los mejores marketers del planeta, dice que «el mejor medio de difundir un mensaje actualmente es el «word of mouse.» [tti link=» Twittea esta frase»] El mejor medio de difundir un mensaje actualmente es el «word of mouse»: Seth Godin.[/tti] Cualquiera que lo escuchara pensaría que lo dijo mal, que lo que trataba de decir era «word of mouth.» No obstante, la expresión es correcta. Seth Godin se refiere a la nueva tendencia donde los clientes hacen las recomendaciones por medio del «mouse» de su PC, esta acción es la sucesora del boca-a-boca («word of mouth»). Más allá de un B2B o de un B2C, Godin habla de un P2P («people to people»).
Nigel Hollis, experto en desarrollo de marcas, escribió en su blog que «las empresas no deben prometer lo que no pueden entregar.» [tti link=» Twittea esta frase»] Las empresas no deben prometer lo que no pueden entregar: Nigel Hollis[/tti] A cualquiera le parecería lógico el concepto… a cualquiera menos a las empresas, ya que Nigel Hollis expresa justo después de ese enunciado:»¿Por qué tantas compañías lo olvidan?» Lo más sacudidor es comprobarlo en la realidad con cada empresa que aparece en un nuevo escándalo semana a semana.
Hermann Simon, gurú en la dificilísima tarea de fijar precios, ha señalado que «en Pricing se ignora a un factor sumamente importante, el consumidor.» [tti link=» Twittea esta frase»] En Pricing se ignora a un factor sumamente importante, el consumidor: Hermann Simon[/tti] No obstante, seguimos viendo empresas fijar precios de acuerdo a la vieja fórmula de coste+utilidad o simplemente tratando de ser competitivos ante sus rivales… ¿Y el consumidor? Bien, gracias.
Kevin Roberts ha expresado que las Lovemarks son la receta para generar marcas que creen vínculos emocionales con sus consumidores haciendo realidad aquella frase de Steve Jobs: Apple no tiene clientes, tiene fans. [tti link=» Twittea esta frase»] Apple no tiene clientes, tiene fans: Steve Jobs[/tti] No obstante esto y a pesar de asentir ante sus palabras, las empresas siguen preocupándose por lo duro y cuantitativo antes que por lo cualitativo. Están únicamente enfocadas en el precio, en el share y en el profit, no en el valor… Una necedad que no les genera afinidad con sus consumidores.
¿Hacia dónde vamos? ¿Por qué pareciera que a pesar de la brillantez de sus conceptos, nadie escucha a estos visionarios? La respuesta pudiera ser simple… pocos, muy pocos, tienen el valor de hacerlo y arriesgarse. Pocos, muy pocos, tienen el valor de ser los aprendices del gurú.
En este contexto, escuchar a los gurús no tiene el objetivo de cambiar a las empresas de la noche a la mañana, no tiene la intención de hacer brincar a estos monstruos corporativos cuando a veces apenas pueden caminar. El objetivo real es transformar a las personas, quienes a final de cuentas, son la sangre de las compañías, los promotores del cambio, los catalizadores de la innovación. En este sentido, los gurús no le hablan a las empresas, sino a los individuos, a sus líderes, actuales y futuros, a los impulsores del cambio.
Cierro con dos frases. La primera es de otro gurú, David Konzevik: «Hoy en día hay que repensar lo pensado y pensar lo no pensado, pues no podemos competir actualmente con los estándares del pasado.» [tti link=» Twittea esta frase»] Hay que repensar lo pensado y pensar lo no pensado; no podemos competir con estándares de ayer: Konzevik[/tti] Y finalmente la segunda, de Sir Isaac Newton para responder perfectamente a la pregunta inicial de esta nota ¿De qué sirven los gurús? La respuesta es… «Si quieres ver más lejos, súbete en los hombros de los gigantes.» [tti link=» Twittea esta frase»] Si quieres ver más lejos, súbete en los hombros de los gigantes: Isaac Newton[/tti]