Hay matrimonios que uno no sabe por qué terminan… simplemente la magia se va; sin embargo ninguna de las dos partes vuelve a ser la misma… Algo así sucedió con Olabuenaga y El Palacio de Hierro. Ana María Olabuenaga y su campaña Totalmente Palacio trascendieron fronteras y ganaron tongas de premios en nuestro país y el extranjero, infundiéndole nivel artístico a la publicidad mexicana.
Por desgracia el divorcio entre la talentosa publicista y la casa de moda hicieron que cada quien siguiera sus caminos. Ella, montando su agencia, que por desgracia parece especializarse en temas misóginos, y los almacenes, por su parte, tratando de mantener una campaña que poco a poco ha ido perdiendo brillo al concentrarse en la forma y no en el fondo.
No obstante, uno de sus últimos spots: «Ya casi estoy lista» recupera la esencia perdida de aquellos días en que el matrimonio daba hijos dignos de admirarse.
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