La práctica fue «inventada» por American Express en 1984 con el fin de apoyar a la restauración de la Estatua de la Libertad. En esta campaña, la empresa se comprometió a donar un centavo para ese fin cada vez que se usara su tarjeta, y un dólar por cada tarjeta nueva emitida en los Estados Unidos. En un trimestre fiscal, el uso del plástico se incrementó un 28% con respecto al año anterior y el número de tarjetas nuevas aumentó un 45%. American Express donó 2 millones de dólares, por esta campaña, a la Estatua de la Libertad.
Actualmente existen infinidad de compañías apoyando alguna causa filantrópica, un ejemplo de ello es la campaña que actualmente se practica en México, ARIEL Y LA COMUNIDAD, JUNTOS POR UN MAÑANA IMPECABLE. En ella, la marca de detergentes ARIEL, aliada con la Fundación Sólo por ayudar, se encarga de recolectar ropa usada en buen estado, para lavarla y donarla como ropa impecable con el fin de entregarla a niños de bajos recursos del país.
Además de ello, a través de la compra de cualquier empaque de ARIEL a nivel nacional, la marca adquirirá y donará ropa nueva que será sumada a toda la que done la comunidad.
La estrategia de mercadotecnia filantrópica de cualquier compañía está basada en un sincero compromiso por parte de los dueños de utilizar sus productos como vehículo para crear un cambio social positivo; lo que es un buen ejemplo de que el marketing no sólo es una disciplina despiadada para vender productos innecesarios, como mucha gente lo cree.