Debo decir que, pese a las horas que me paso frente a la computadora, me encanta escribir a mano y mantengo infinidad de cuadernos con notas sobre diversos temas, sin embargo estoy consciente que es un hábito que poco a poco disminuye. Los procesadores de texto son ahora más utilizados que la escritura manual, es un hecho. Por si esto fuera poco, escribir con la intención de enviar una carta por correo es aún menos frecuente… esto sí, es un acto que todo indica, puede desaparecer.
En este marco es interesante ver la última campaña publicitaria de Correos de México que, al parecer, busca resucitar este hábito. El problema es que no es una cuestión de deseo o de buena voluntad, sino de invasión tecnológica. ¿Quién usa el correo tradicional si tiene a disposición el e-mail? Sólo las zonas rurales… al menos hasta que los bits los alcancen.
En marketing, la matriz de la Boston Consulting Group dice que aquellos productos o servicios en donde tenemos una baja participación de mercado y un crecimiento lento o nulo del mismo, se convierten en «perros» y que con ellos hay que evitar costosos planes de rescate. En este sentido, no entiendo la campaña lanzada.
El segmento de los «escritores de cartas» tiende a contraerse no importa los esfuerzos realizados. El único camino que le queda a Correos de México es impulsar aquello que el e-mail no puede proveer, es decir, sus servicios de paquetería, donde aún podría competir y luchar por un trozo de pastel en un mercado de gigantes como DHL, FedEx o UPS. La otra opción es diversificarse… pero la vía de desarrollar o penetrar el mercado de la escritura de cartas… es una vía que se agotó hace muchos años.
Habrá quienes gustosos sigamos empuñando una pluma y escribiendo sobre papeles pero la realidad es que seremos menos cada vez y como versa aquel adagio «Moises is Moises but Business are Business» o lo que es lo mismo, en los negocios no hay cabida para el romanticismo.