Me declaro un enamorado de la tipografía. Del antidogma limpio de Weingart al comercialismo espléndido de Lubalin, de la pulcritud excelsa de Adrian Frutiger a la rebeldía incomprendida de Carson… y aunque definitivamente me declaro más atraído hacia la función que a la forma, creo que cualquier buen experimento tipográfico es inspirador y seductor.
Por estas razones me permito compartir con ustedes estos tres ejercicios; los dos primeros, ganadores en los Summit International Awards, mientras que el tercero es un efectivo diseño para publicitar la National Trasplant Society. El trío de piezas me parecieron un portento, no sólo por su excelente manejo tipográfico sino por su espléndida reticencia.
El primero utiliza la fórmula del vital líquido, H2O, para detallar el rostro de «el hombre del agua», un tema álgido de conciencia social en nuestro tiempo.
El segundo se constituye como un interesante juego que lanza una pregunta al espectador: ¿Ves doble? Si la respuesta es sí, problema y solución ocurren simultáneos, pues estás borracho, pero de forma mágica, te encuentras ante la respuesta: AA. Sencillísmo pero contundente.
Finalmente, el tercero maneja los caracteres cual si fueran piezas intercambiables, una idea encantadora si tomamos en cuenta que el tema es donación de órganos. Brillante.
Llama la atención que los tres diseños estén enfocados al marketing social… ¿será que la inicativa privada es más temerosa siempre de la experimentación?