Hace algunos años, en una clase de maestría, un tipo muy loco, apasionado de la mercadotecnia, dijo «No les extrañe que Marketing sea la antesala de la Dirección General.» En aquel entonces me dije «No cabe duda que está exagerando… qué sabe él.» Ese loco apasionado era obviamente el profesor, un enfermo de esta disciplina con varios años de experiencia en una de las mejores escuelas de marketing: Procter & Gamble Estados Unidos.
Así que ¿qué les parece? Aquel profesor loco y apasionado de mis años de maestría, no estaba tan loco después de todo.
Lo curioso es que al paso de los años me he ido absorbiendo más y más en esta disciplina al grado que hoy puedo decir que el marketing no es una carrera, es un modo de vida. Hoy me es imposible ver un anuncio de TV y no tratar de analizar en automático la estrategia comercial inherente; no puedo evitar escuchar a los políticos sin buscar desmenuzar la intención más allá de sus palabras; incluso me es complicado a veces, evitar pensar en mejoras que un individuo pudiera tener en su vida profesional aplicando ciertos cambios en su imagen o forma de comportarse… en síntesis, y no sé si es una fortuna o desgracia, muchas de las cosas aprendidas para ser aplicadas como mercadotecnia, las he traspolado sin pensar a mi vida diaria; y es que ¿No son acaso los partidos políticos, las organizaciones e incluso las personas, conceptos que se venden? Y no hablo de una burda venta monetaria, sino de persuasión, que es la base del marketing. Negar que ocurre esa venta, es una ingenuidad terrible.
¿No nos venden los partidos sus plataformas cada tres años?, ¿No son sus campañas políticas cada vez más parecidas a campañas comerciales?; ¿No nos promocionamos cuando asistimos a una entrevista de trabajo? ¿No nos vendemos cuando conocemos a un prospecto con quien buscamos una relación? Por supuesto que sí, y es que la sociedad como ente consumidor no compra productos que no llamen la atención y mucho menos productos que no llenen sus necesidades; por esta razón es que hoy los términos Marketing Político y Marketing de Imagen Pública comienzan a ser comunes. En este contexto, todos somos productos, todos somos canales, todos somos estrategas.
Por ello, el marketing, para aquellos que amamos esta profesión, ha dejado de ser una simple carrera y se ha convertido en una forma de vida… Lo repito, aquel profesor loco y apasionado, no estaba tan loco después de todo.