Lo perfecto es enemigo de lo bueno, es un aforismo comúnmente atribuido a Voltaire. Facebook la tenía estampada en sus paredes con una ligera variación: Done is better than perfect o lo que es lo mismo, hecho es mejor que perfecto; y se convirtió en un mantra de su cultura laboral.
Frecuentemente en las consultorías, hay una pregunta que se repite: ¿hay alguna fórmula estratégica de marketing perfecto que garantice el éxito? La respuesta es NO, pero usualmente señalamos que lo óptimo es contar con una serie de elementos:
- Un producto o servicio diferenciado (es tal vez lo más importante)
- Una forma de distribuirlo a demanda de su grupo objetivo
- Un sitio web usable y orientado a conversión
- Contenido con SEO diseñado a detalle para atraer al buyer persona
- Reforzamientos a través de social media y ocasionales campañas PPC en Google
- Marketing automation para optimizar el seguimiento de leads
Claro está que muchos señalan que es demasiado y se desaniman, cediendo a la tentación de solo pagar por anuncios en Facebook o Google, una táctica que está muy lejos de ser inteligente como bien señala el experto Rand Fishkin, una de las mentes más ágiles en marketing digital:
Los especialistas en marketing que gastan más del 90% de sus presupuestos y energía en Google y Facebook, NO pueden esperar desarrollar resiliencia, diversidad de tráfico o ventaja competitiva.
Pero es que el objetivo NO es hacer todo de golpe. El objetivo no es tener esa maquinaria de Marketing perfecto.
No hagas marketing perfecto ¿Qué tendríamos que hacer?
La búsqueda absurda de lo perfecto nos bloquea la capacidad de hacer lo que tenemos que hacer:
Comenzar. Crear y entregar.
¿Qué pasa si no tenemos el producto o servicio perfecto? No importa, es más importante tener un producto.
¿Qué ocurre si no tenemos el contenido perfecto? No importa. Es más importante crear y entregar contenido.
¿Qué ocurre si no hacemos marketing perfecto? No importa… es mejor empezar… ya lo iremos perfeccionando.
Si como marcas, comenzamos, si creamos y entregamos una y otra vez… y vamos mejorando poco a poco cada uno de esos pasos, eso será suficiente. Basta mejorar 1% cada día lo que hacemos… si lo logramos, en menos de un año, los resultados serán notorios… pero hay que hacerlo a diario.
Te han dicho que lo que no se puede medir no se puede mejorar y por eso los marketers están obsesionados con el direct marketing y las métricas. Bien… más importante que eso es entender algo: Lo que no se crea… lo que no se entrega… no se puede mejorar.
El gran problema
El gran problema del marketing se deriva en que como marcas queremos todo y lo queremos pronto. No queremos un producto para el mercado, queremos un mercado para nuestro producto. De modo que no queremos resolver problemas o necesidades, simplemente queremos vender… y además vender mucho y rápido. Si tu realidad es esa no necesitas marketing, necesitas un milagro.
Necesitamos romper esas expectativas y comenzar.
Necesitamos hallar nuestro nicho, darle lo que pide, ir ganando resultados y sentir que avanzamos porque estamos empujando nuestra nave en la dirección correcta. Estamos CREANDO, TRABAJANDO, HACIENDO… aunque no sea perfecto, aunque no sea masivo… llegará el tiempo en que lo sea, si así lo decidimos, pero puede ser que ni siquiera queramos eso.
Lo que debemos perseguir es ser la mejor opción para nuestra tribu… no importa su tamaño.
Un ejemplo
Hablemos de una marca que se pone en los zapatos de esta realidad. Cariele.
Cariele, antes Curioca es una pequeña compañía que hace zapatos. Seguramente pensarás ¿qué tiene eso de innovador?, ¿no habíamos dicho que lo ideal era tener un producto diferenciado?
Sí… y Cariele lo tiene. Tan diferenciado, que nadie más en el planeta tendrá los zapatos que tú le compres a la marca.
Cariele hace zapatos cuidadosamente a mano y por medio de su propia técnica de más de 150 pasos. Puedes leer el texto de este contenido de su Instagram para darte cuenta cómo cada par de zapatos es producido justo como lo pide el cliente, y por si fuera poco, se posicionan naturalmente como una marca con propósito al entender que este sistema reduce emisiones de CO2.
¿El resultado? Aseguras que cada uno de tus clientes esté satisfecho al 100% y además te obliga como marca a crear productos que sobreapasen las expectativas.
No producen miles de pares. No hay un inventario, ni siquiera para las líneas regulares.
¿Es Cariele una marca perfecta? No. ¿Es Cariele una marca para todos? No. Es una marca para aquellos que quieran un par de zapatos único y producido bajo el concepto de moda lenta. ¡Esa es su tribu! Y a los demás simplemente hay que decirles: Esta marca no es para ti.
No son perfectos… pero crean, entregan y son amados por su mercado… y eso es mejor que hacer marketing perfecto.
La pregunta que queda en el aire para reflexionar es… ¿tenemos el valor para hacer eso con nuestra marca? No hablamos de hacer productos artesanales, sino de entender tan a fondo nuestro mercado y atrevernos a crear y entregar lo que esperan de nosotros… en vez de seguir soñando con tener un mercado enorme y un producto perfecto para tener miles de ventas.
¿Tenemos el valor de comenzar?
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