Hoy vamos a hablar de la luna, de sexo, de las secretarias, de marketing de vanguardia y sí… de marketers obsoletos… ¿te suena un poco inconexo? No te preocupes. Verás que no están tan alejados uno del otro.
50 años del viaje a la Luna
Esta semana se cumplen 50 años de la llegada de la humanidad a la Luna. Un parteaguas en la historia de nuestra especie que hasta Google plasmó en su Doodle.
¿Sabías que cuando esto se logró, allá en julio del 69, toda la tecnología de la NASA no era mayor a la que hoy traes en tu bolsillo? Así es. Tu smartphone es más poderoso.
¿Sabías que antes de partir, el mismo Neil Armstrong, le daba un 50 por ciento de probabilidades de éxito a la misión? Era una forma suave de decir que tenían esas posibilidades de volver con vida.
Como no se podía tener 2 despegues gigantescos, uno para la ida y otro para el retorno, dado que en la Luna no habría nada para preparar los cohetes, se ideó que un pequeño módulo se desprendiera al llegar a la luna, efectuara su misión aterrizando, y después pudiera regresar al vehículo matriz dado que esto requeriría mucho menos energía. Claro, que había que reacoplar en el espacio… maniobra que nunca se había hecho.
Finalmente, la reentrada a la Tierra era un proceso en el que la inmensa energía cinética de la cápsula se disiparía en forma de calor por su rozamiento con la atmósfera terrestre, precipitándose como un meteoro llegando a una temperatura de unos 3000 °C.
Y a pesar de todo esto se logró.
Hasta antes de ese año, el viaje a la luna no era más probable de lo que hoy nos parece el viaje en el tiempo.
Y eso es lo importante.
El poder lograr algo pese a todos los pronósticos y la falta de recursos aparente… resolviendo un problema tras otro… una jugada a la vez… hasta llegar al final.
El viaje a la Luna cambió nuestra forma de mirar al espacio, nos abrió nuevos horizontes en muchas áreas, impulsó nuevas investigaciones y nos hizo saber como especie, que la conquista del universo era posible. Solo era cuestión de tiempo… y voluntad.
Bien.
Ahora aterricemos de nuevo en el mundo y la vida diaria.
Día de la secretaría
Hace un par de días se conmemoró una edición más del Día de la Secretaria. He de confesar, que actividad de una secretaria, a mí me parece de lo más loable porque demuestra que no hay nada tan útil como el apoyo de una persona y no de una máquina para ayudarnos a ejecutar de forma eficiente nuestras tareas.
Entré ese día a las redes sociales, y como todos los días, en medio de algo de información interesante, me encontré con mucha banalidad. Así son las redes. Me topé con uno que otro comentario sexista sobre la fecha pero lo dejé pasar. Miento. A veces bloqueo a algún usuario que los hace, si me parece demasiado soez. Aunque repito… esa es la naturaleza de las redes sociales en muchos sentidos.
El problema es cuando la situación se escala y te encuentras los mismos comentarios y prejuicios en el trabajo de mercadólogos que se dicen profesionales.
La cadena de tiendas de conveniencia Circle K publicó en sus redes sociales, un anuncio de ofertas aludiendo al Día de la Secretaría, promoviendo kits de vino, chocolates y preservativos.
¿Así o más retrógradas y sexistas?
Es pasmoso pensar, no solo en la primitiva mente del creativo, sino en que esto tuvo que haber sido aprobado por al menos un gerente de marketing. ¡Cuesta creerlo!
Claro que les llovió en redes sociales y muchos se quejaron de la absurda comunicación digital de la marca, quien después tuvo que publicar una disculpa que por supuesto no arregló nada… el daño estaba hecho y una vez más se había demostrado que el marketing en México está muy atrasado.
Marketing de vanguardia vs marketing obsoleto
Anterior a esta fecha, el mes pasado fue el mes del orgullo, y ¿sabes? Lo mismo ocurrió.
Muchísima gente aún no puede aceptar un panorama que dé cabida al colectivo LGBT. Misma situación. Mismas mentes retrógradas.
Vamos a decirlo fuerte y claro.
En un marketing de vanguardia, los estereotipos como el machismo, la misoginia, el sexismo y la homofobia; las faltas de respeto por los derechos humanos o los productos que atentan contra la sustentabilidad o incluso la salud humana, ya no tienen cabida.
Si como marketer no has entendido esto, estás obsoleto.
Obsoleto.
La realidad es. La realidad es. Y a la realidad no le importa nuestra opinión.
Y la realidad del marketing de vanguardia es esta:
Marcas incluyentes…
Marcas sociales
…que rechazan el machismo, aun siendo masculinas…
Marcas humanas
…que pelean por la dignidad y el empoderamiento
…marcas que rechazan el racismo
…marcas que se decantan por la sustentabilidad
… marcas que impulsan la salud.
Ese es el nuevo paradigma. Esto es marketing de vanguardia, estas son marcas que inspiran y lo demás se muere cada día un poco más.
Uniendo piezas
Y aquí es donde unimos las piezas.
El alunizaje hace 50 años cambió nuestra mentalidad con respecto a lo que podíamos y no podíamos hacer.
Para lograr esa jornada se requirió unir piezas en un rompecabezas que pudo haber comenzado con Julio Verne y su novela Viaje a la Luna; necesitó piezas incluso de científicos que habían servido al partido nazi, pero cuyos conocimientos en ingeniería de cohetes se aprovecharon… se necesitaron muchas piezas para romper la idea de lo imposible y cambiar el paradigma.
Hoy sucede lo mismo con el marketing, y tenemos que usar las piezas que nos han dejado otros, como los disturbios de Stonewall, para el colectivo LGBT; la vindicación de los derechos de la mujer de Mary Wollstonecraft, el movimiento sufragista y hasta el #MeToo para el feminismo; piezas como el el Informe Brundtland que definió el Desarrollo sostenible; la carta fundacional de Naciones Unidas donde se reconocen los derechos humanos sin distinción de raza, la lucha de Nelson Mandela, la rodilla en el piso de Colin Kaepernick y hasta el insulto a la «puta» Casa Blanca que esgrimió Megan Rapinoe.
Tenemos que entender las piezas del rompecabezas que hoy nos permite hacer un mejor marketing…
Cuando lo hagamos y seamos capaces de colocarlas sobre la mesa, nos daremos cuenta que no podemos volver atrás.
Que ese marketing estúpido y lleno de prejuicios está muerto y que lo que hoy tiene cabida es completamente otra realidad.
La pregunta es ¿estamos listos para ese viaje… estamos listos para crear marketing de vanguardia… o nos hemos quedado obsoletos?
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