Es una brillante metáfora a no hagas estudios de mercado, conoce sus hábitos, pensamientos y emociones; descubre lo que más le importa, sus peores miedos, sus preocupaciones y sus pasiones, porque es hasta que lo conoces de esa forma que puedes hacer que se convierta en el protagonista de sus mensajes.
¿Sabes qué piensa tu consumidor justo ahora?
Uno de los mejores ejemplos de ello es el extraordinario spot en el que Volkswagen ha retratado una realidad que a hombres y mujeres nos resulta familiar, aunque muchas quizá preferiríamos no hablar de ella: aquello que la mayoría de las mujeres piensan mientras esperan la llegada de un ser querido, especialmente si se trata de su pareja.
La campaña parte del principio de que el género femenino es naturalmente propenso a reaccionar con base en sus emociones ante cualquier situación, por lo que cuando el hombre no llega a tiempo, la mente de su pareja se inunda con ideas que van de los celos a la preocupación, mientras él llega a casa a salvo, sale del auto y se dispone a entrar sumamente relajado.
No hay duda que la marca reconoce dos perfiles en sus consumidores y ha estudiado cuidadosamente a ambos para poder abordar la seguridad, no desde la perspectiva corporativa, sino desde el punto de vista de cada uno de sus usuarios, equilibrando dos percepciones distintas pero complementarias, el diseño de su automóvil y la forma en que este responde a la necesidad de tranquilidad.
Desde siempre, las marcas han peleado entre sí por obtener un lugar en la mente de sus consumidores; durante décadas colocaron sus mensajes en diferentes medios de comunicación masiva para dar a conocer sus productos y servicios buscando destacar a través de sus ventajas competitivas. Para Volkswagen hoy, el posicionamiento es claro: SEGURIDAD.
¿Cómo seguir transmitiendo posicionamiento en la era 2.0?
Hoy, más y más competidores comienzan a surgir alrededor del mundo, las ventajas competitivas se convierten en un valor esperado por los consumidores y el público busca lazos más emocionales. La web 2.0 ofrece a las marcas la oportunidad de acercarse a ellos para obtener una retroalimentación que antes solo era posible a través de complicados estudios de mercado.
Ahora que el consumidor se ha apropiado de los canales, la era de la publicidad «yo-yo» ha muerto; las marcas han tenido que encontrar nuevas formas de conectar con su público objetivo creando vínculos emocionales —como el video de VW— que las vuelvan relevantes en su vida cotidiana y la única forma de lograrlo es haciendo que sean ellos mismos quienes protagonicen la comunicación. Aunque esto claro, solo es posible cuando lo conocen a profundidad.
Nadie amará, comprará ni compartirá nada en sus medios sociales a menos que lo atrape, que sea empático, que inspire… porque de lo contrario, en un mundo de tantas opciones ¿por qué rayos habrían que escoger la tuya? Y esto es válido desde un café hasta un automóvil… y Volkswagen parece haberlo entendido muy bien.