Siempre me he preguntado por qué los mexicanos tenemos una visión del patriotismo tan recalcitrante. Gritamos y nos embriagamos cada 15 de septiembre, nos ponemos «la verde» cuando juega la selección y nos indignamos si los «gringos» osan construir un muro en su propia frontera… Sin embargo, salvo contadas y honrosas excepciones, tiramos basura en nuestras calles, somos corruptos, impuntuales, poco perfeccionistas, cancheros…
No voy a ahondar en el tema, creo que Octavio Paz lo hace muy bien en su Laberinto de la Soledad, sin embargo lo saco a colación por los recientes cambios a la Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacional, donde ahora por LEY (como nos gusta esa palabra aunque no la entendamos del todo), el escudo no podrá variarse o alterarse bajo ninguna circunstancia.
Parece ser que el suceso del «águila mocha» causó escozor en los feroces «defensores» de la patria, quienes se desgarraron las vestiduras tricolores ante la afrenta.
¿Por qué en otros países la gente porta sus banderas en chamarras, camisas, pines, autos y un largo etcétera?, ¿Por qué pueden cantar su himno diferentes artistas en eventos públicos, cada uno permeándolo de su propia inspiración?, ¿Por qué en México el patriotismo es patrioterismo?, ¿Por qué ponemos estos candados y blindajes absurdos volviendo nuestras insignias «intocables» y lejanas a nuestra realidad?, ¿Por qué para usar nuestros propios signos patrios necesitamos una cuadrada y rígida ley sin alma…? ¡No osen cambiar una sola pluma, una sola espina, una sola tuna!
Desde hoy, hacer eso… atreverse siquiera, es ilegal. ¡Cuidado diseñadores! Si necesitan un escudo nacional más vale que busquen una fuente oficial… ni se les ocurra a sus hijos sacar sus moneditas para calcarla con el lápiz carbón en papel; no sea que se les escape un detalle. ¡Cuidado músicos! Ni un acorde, ni una nota distinta… ¡Cuidado industria textil! Más vale que generen una tela con Pantone, no sea que el verde o el rojo varien un tono… porque a partir de hoy ¡Es ilegal! ¡Ilegal! ¿Entienden?
Seremos más libres cuando pensemos menos en los NO’s y más en los SI’s.