El día de ayer visité la exposición de los alebrijes sobre Paseo de la Reforma en nuestra Ciudad de México. Aquí les traigo algunas imágenes de esa explosión de folklor y color.
Las impresionantes creaturas de distintas formas y tamaños, algunos realmente colosales, tienen, entre otros propósitos, contribuir a la revaloración y difusión del trabajo de los artesanos y artistas mexicanos, manteniendo viva esta tradición.
Personalmente, los alebrijes me parecen una de las formas más extraordinarias de la artesanía mexicana, ya que no tienen un estándar definido, sino que dejan correr la imaginación de sus creadores hasta desarrollar diseños oníricos que bien podrían ser habitantes de una fantasía colorida o una oscura pesadilla.
Este es el cuarto año consecutivo en que el enigmático bestiario recorre las calles de esta urbe; el evento, conocido como La Noche de los Alebrijes, es organizado por el Museo de Arte Popular (MAP), en colaboración con instituciones públicas y privadas.
El tema en esta ocasión fue la conmemoración del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución; de modo que el imaginario de cartón estuvo basado en los héroes o personajes representativos de estos sucesos históricos.
Una de las experiencias más exuberantes que se pueden presenciar en México; obligada para todo diseñador; arte urbano para sentir orgullo y por supuesto, un evento que cualquier extranjero estaría ávido de presenciar.
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