¿Qué te puede enseñar Einstein en marketing de contenidos... y la vida? - Luis Maram

¿Qué te puede enseñar Einstein en marketing de contenidos… y la vida?

Ejemplo de creatividad
Escrito por Luis Maram

Amarás esta historia. La creatividad existe en la decisión improvisada de un simple fotógrafo o en el afán de contribuir a la historia por parte de un genio.



En cuanto colgó el teléfono, Ralph Morse supo que tenía que empezar a moverse. Todavía estaba a 90 millas de distancia y no pasaría mucho tiempo antes de que la gente comenzara a escuchar las noticias. Albert Einstein acababa de morir.

Morse era un fotógrafo de la revista LIFE. Condujo a Princeton, Nueva Jersey, lo más rápido posible, pero otros miembros de los medios de comunicación ya habían sido alertados para cuando  llegó. Morse recordaría más tarde la situación diciendo:

«Einstein murió en el hospital de Princeton, así que me dirigí allí primero. Pero era un caos – periodistas, fotógrafos, curiosos. Así que me dirigí a la oficina de Einstein en el Instituto de Estudios Avanzados. En el camino, me detuve a comprar una caja de whisky escocés. Sabía que la gente podía ser reacia a hablar, pero la mayoría de las personas aceptan felices una botella de licor, en lugar de dinero, a cambio de su ayuda. Así que llegué al edificio, encontré al superintendente, le di una botella de whisky y de esa manera, abrió la oficina. 

Cuando Morse entró en el despacho de Einstein, tomó una foto de la mesa donde Einstein había estado trabajando sólo unas horas antes.

Nadie lo sabía aún, pero el cuerpo de Einstein sería incinerado antes de que alguien pudiera capturar una foto final de él. Como resultado, la foto que Morse tomó del escritorio de Einstein pronto se convertiría en un contenido visual icónico de la carrera del gran científico y una imagen histórica para la revista LIFE… (¿Recuerdas La vida secreta de Walter Mitty?)

Esta anécdota, referida originalmente en Entrepreneur nos enseña una gran verdad:

El mejor contenido a veces requiere creatividad no para desarrollarlo, sino para conseguirlo.

La creatividad de Einstein

El amor al trabajo de Einstein

Einstein murió de una hemorragia interna causada por la ruptura de un aneurisma aórtico abdominal, una condición con la que había luchado durante años.

En 1948, siete años antes de su muerte, Einstein tuvo una cirugía para prevenir la ruptura del aneurisma. Un médico familiarizado con el caso de Einstein escribió: «Desde hace varios años sufría de ataques de dolor abdominal, que por lo general se prolongaban durante 2 ó 3 días y, a menudo se acompañaban de vómitos. Estos ataques solían ocurrir aproximadamente cada 3 ó 4 meses «.

Einstein continuó trabajando a pesar del dolor; publicó varios trabajos bien entrada la década de los 50’s; incluso en el día de su muerte, en 1955, estaba trabajando en un discurso que tenía previsto dar en la televisión israelí e incluso llevó el  borrador con él al hospital.

«Trata de no convertirte en un hombre de éxito. Más bien se un hombre valioso «.

Albert Einstein

La contribución más famosa de Einstein a la ciencia, la teoría general de la relatividad, se publicó en 1915. Ganó el Premio Nobel en 1921. Sin embargo, en lugar de asumir que era un producto terminado, Einstein continuó trabajando y contribuyó al campo durante 30 años más.

Hasta el momento de su muerte, Einstein continuó exprimiendo hasta la última gota de la grandeza de sí mismo. Él nunca descansó en sus laureles. Continuó trabajando incluso a través del dolor físico severo y de la muerte. Su vida siempre me recuerda la frase de Andrew Carnegie, My heart is in the work.

Amar tu trabajo

Todo el mundo tiene un don para compartir con el mundo, algo que enciende su fuego interno y que sirve al mundo exterior y este llamado, debe ser algo que debes perseguir hasta tu último aliento. Podría ser tu trabajo actual, como lo fue para Einstein o podría ser una foto como la de Morse.

Nuestras vidas están destinadas a ser vividas haciendo nuestra contribución al mundo, no sólo consumiendo el mundo que otros crean.

Horas antes de su muerte, el médico de Einstein le propuso realizar una nueva y no probada cirugía como última opción para extender su vida. Einstein simplemente respondió: «Yo he hecho mi parte, es hora de irse. Y lo haré con elegancia.»

¿Y qué lección nos deja esto para el contenido?

No podemos predecir el valor que nuestro contenido proporcionará al mundo. No es nuestra labor el juzgar nuestro propio trabajo. Solo podemos crearlo y procurar que sea:

  • relevante
  • útil
  • inspirador

En otras palabras, dar lo mejor de nosotros mismos y dominar nuestro oficio lo mejor que podamos… y eso, tarde o temprano se proyecta en el valor de nuestro negocio, nuestra empresa, nuestra marca. Inspiring Marketing.

Todos tenemos la oportunidad de exprimir hasta la última gota de grandeza en nosotros mismos. Todos tenemos la oportunidad, como Einstein, de hacer nuestra parte ¿Estás haciendo la tuya?

Acerca del autor

Luis Maram

MBA, speaker internacional, Master en Inbound Marketing, especializado en Reputación corporativa. Estratega de contenidos; editor en jefe de este sitio enfocado a cómo crear contenidos que tu audiencia quiera ver, vivir y compartir. Consultas o conferencias de marketing.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.