Hace unos días vi en el cine un anuncio que me resultó divertidísimo porque refleja exactamente cómo somos. La historia es obviamente una hipérbole, pero en su esencia muestra cómo nuestros deseos nos definen.
Se trata de un spot para el nuevo Jetta y en este mensaje vive el espíritu de aquella campaña inolvidable de «Todo mundo tiene un Jetta, al menos en la cabeza».
En esta ocasión el claim es «Jetta, el que todos queremos» y el storytelling narra la anécdota del típico amigo que anhela ser como su rol model… que obviamente posee un Jetta.
¿Y por qué alguien querría algo así? Simple…
¿Quién no querría un auto de techo corredizo con ajuste de altura que permite estar en contacto con el exterior mientras conduces?
¿Quién no querría un vehículo de línea deportiva y audaz con rines de aluminio de 17’’?
¿Quién no desearía un auto de faros bifocales de halógeno en su estética frontal y faros antiniebla para una mejor iluminación en todo tipo de condiciones?
¿Quién no sueña con un carro son sitema Keyless Access que permita abrirlo con solo tocar las manijas?
¿Quién no envidiaría un vehículo que encendiera con botón Push to Start sin necesidad de insertar la llave?
¿Quién no quisiera el auto que registró durante el mes de noviembre un récord en ventas al alcanzar 6 mil 194 unidades comercializadas en México? Esto representa un crecimiento del 80.7% en comparación con el mismo periodo del año anterior.
¿Quién no añoraría un auto superseguro con 6 bolsas, frontales para conductor y pasajero, laterales y tipo cortina que se extiende desde la parte frontal hasta la parte trasera del auto?
¿No son suficientes razones? ¿No muestra esto por qué verdaderamente el Jetta es el auto que todos quieren? Por si esto no bastara, la gama de colores es la más atractiva del mercado: rojo, plata, negro y bronce oscuro.
Es más… yo también quiero uno hoy.