La risa como componente emocional puede producir publicidad divertida y genial, aunque siempre volveremos a la pregunta básica ¿Persuade?
Es decir, tomemos como ejemplo este anuncio; en lo personal me resultó harto gracioso, sin embargo, si me preguntan si me provoca a tomar una Guiness, la respuesta es no; francamente la marca me resulta indiferente y en caso de ingerir una cerveza, pediría mi marca habitual. Hagan el ejercicio; vean el spot y contéstense sinceramente ¿les apetece una cerveza Guiness específicamente?
Un caso muy similar fue comentado precísamente aquí hace apenas unos días: el gorila de Cadbury.
Es necesario que los marketing-men aprendan que la publicidad debe generar Valor para el proucto, no sólo sorpresa genial.