¿Es posible asegurar el éxito en un proyecto de marketing? ¿Es factible realizar estudios y planes de negocio que garanticen el éxito de nuestro producto o servicio en el mercado?
La respuesta es simple… NO.
Podemos realizar los mejores estudios de mercado, cualitativos y cuantitativos, con mínimos márgenes de error y usando las más avanzadas herramientas de estadística a fin de obtener conclusiones e insights… y aún así, no tener asegurado nada; porque al final, todos los estudios son solo instantáneas, retratos fugaces de un momento específico que puede cambiar con cualquier suceso.
En un mundo social y globalizado, las realidades cambian a una velocidad pasmosa.
Basta recordar las elecciones de España del 14 de marzo de 2004. El 9 de aquel mes, el Partido Popular aparecía como claro ganador de las elecciones generales a celebrarse cinco días después; pero la vida tiende a ponernos en nuestro sitio cuando creemos tenerlo todo controlado. El día 11 tuvo lugar el peor acto terrorista del que se tuviera memoria en España. Las masas repudiaron la guerra contra Irak y el apoyo que su gobierno había dado a esa causa; tres días más tarde, haciendo pedazos las encuestas, el PSOE resultó ganador y gobernaría España por más de 7 años, demostrando que aún los mejores estudios de mercado son tan débiles como la ilusión del control.
El futuro NUNCA está escrito, no importa qué te diga la última encuesta.
No estoy diciendo que deben desaparecer los estudios de mercado… pero hoy deben ser altamente dinámicos en su ejecución y no deben ser considerados absolutos; atrévete a fallar… recuerda uno de los mottos de Google: Fail fast, fail smart; y recuerda también el de Virgin y Richard Branson que muchas veces han apostado en contra de la lógica cuando los pronósticos no les favorecen, diciendo simplemente: Screw it, let´s do it!
Los seres humanos somos entidades profundamente mutables, y hoy podemos amar los chocolates CRUNCH y mañana odiarlos porque un community manager unineuronal se le ocurrió faltarle al respeto a un país con un estúpido tuit.
RT AyotzinapaFeed: RT dj_mustik: RT Chapatongo: #CRUNCH a estos idiotas! pic.twitter.com/dd27W4mT8n #Ayotzinapa
— Noticias Ayotzinapa (@AyotzinapaFeed) February 19, 2015
¿Lealtad..? LOL
Kevin Roberts escribió en 2004, Lovemarks, o las marcas a las que les somos fieles más allá de la razón; mucho ha cambiado desde entonces ese paradigma, y aunque podemos decir que aún tiene vigencia, ese amor ya no es tan ciego, se ha vuelto racional, y la lealtad de marca es un lujo que no podemos dar por sentado y mucho menos esperar a que sea permanente.
La globalización ha hecho que el mundo cambie mucho más rápido de lo que a veces podemos reaccionar… Vivimos los días de la fugacidad y lo instantáneo. Vivimos días de micromomentos. De lealtades que se mueren mordidas por la feroz competencia y la influencia de nuestros pares en un mundo digital. Vivimos en los días de la infidelidad de marca.
¿Y ahora qué? ¿Abandonamos la nave? ¿Nos suicidamos con ella?
¿Qué hacer entonces? ¿Cómo lograr el engagement en un mundo de esta naturaleza? La respuesta podría sugerir muchas teorías, como la búsqueda necesaria del océano azul o los mercados poco competidos; también podríamos hablar de valor agregado… consistente en darle a nuestro consumidor esa sensación de que recibe más de lo que paga; o la vaca púrpura, traducida como la búsqueda de innovación constante en un mundo donde lo original fenece cada vez en periodos más cortos debido a que hoy todas las cualidades se puedan copiar casi de inmediato.
Necesitamos como marcas caminar siempre con dos o tres pasos adelante… ¿proteger nuestra originalidad? ¡Por Dios! Esa tarea es un sueño en un mundo como este; paga las patentes, sí… pero la verdad, no te preocupes mucho de que te copien, porque eso pasará una y otra vez… preocúpate por ser tú quien vuelva obsoletas tus propias innovaciones.
Tú debes ser tu más férrea competencia… Solo así logrará tu marca sobresalir en un entorno como el de hoy.
Mi creencia es que las marcas actuales necesitan de tres elementos básicos:
- Un gran producto o servicio
- Una gran experiencia al cliente
- Un gran contenido en diferentes canales
Cuando estos tres componente se conjugan, muy dificilmente se puede fallar… aunque como mencioné al inicio, siempre es una posibilidad, porque la verdad es que nada en el marketing puede asegurar el éxito; solo podemos trabajar lo más duro y eficiente que sea posible, esperando influenciar positivamente los resultados y reducir al mínimo los márgenes de error y falla… pero al final de cuentas, el control es una ilusión, y quien decidirá si vivimos o morimos, es el mercado; puedes rehusarte a aceptar esta verdad y sufrir las consecuencias, o puedes aceptarla, y salir a la arena listo para la batalla, a sabiendas de que cualquier día podrás morir miserablemente… pero también, cualquier día podrás triunfar gloriosamente. Ése es el mundo del marketing hoy.