Los patrocinadores de apuestas se han abierto camino en las cuatro ligas más importantes de Estados Unidos y, aunque últimamente los analistas han expresado su preocupación por el fundamento ético de estas «asociaciones», lo cierto es que los mega acuerdos entre ligas y marcas de apuestas en linea Panama han presentado oportunidades únicas para ambas partes implicadas.
La NFL es una de las mayores ligas del mundo. Los apostantes de todo el mundo, ya apuestan en sitios de apuestas de Indonesia, Malasia o en lugares muy lejanos de Estados Unidos, siguen la NFL porque es un mercado de apuestas muy atractivo y atrayente. La NFL, a pesar de ser una de las ligas más fuertes, intenta hacer el uso más eficiente de los acuerdos de patrocinio de apuestas, al tiempo que preserva y previene al máximo la integridad del deporte.
Para algunas personas, las políticas de la NFL en materia de apuestas parecen ser un movimiento de compromiso destinado a equilibrar la naturaleza contradictoria de los deportes patrocinados por empresas de apuestas. En este caso, la contradicción radica en la suposición de que el deporte debe ser noble y puro y debe promover la unidad, la buena competición y la inclusión, en lugar de promover cualquier cosa que pueda resultar perjudicial para las personas (las apuestas, por ejemplo).
Para otros, la NFL sólo está intentando controlar los daños, tras admitir -aunque no explícitamente- que las ventajas y oportunidades de contar con patrocinadores de apuestas que aportan mucho dinero a las finanzas de la liga superan con creces cualquier posible impacto negativo en la integridad del deporte.
En cualquier caso, la NFL está intentando que las cosas funcionen aun teniendo demasiados hierros en el fuego. Por un lado, la liga quiere ganar mucho dinero gracias a los acuerdos de patrocinio con alguna casa de apuestas en Panama que esté dispuesta a gastar enormes cantidades en poner sus marcas junto a la liga más popular de Estados Unidos. Es natural, dado que la audiencia de los principales partidos de la NFL alcanza máximos históricos y esto significa que millones y millones de personas quedan expuestas a la marca, que al fin y al cabo es el principal objetivo de cualquier campaña de comunicación.
Por otro lado, la liga quiere asegurarse de que su patrocinio del juego no atenta contra la confianza de los aficionados en la honestidad e integridad del deporte. Y la forma de hacerlo es elaborando una política muy estricta sobre las apuestas para sus representados.
La política actual de la NFL es aún más estricta que al principio. A todos los empleados y jugadores de la NFL no se les permite apostar en partidos de la NFL ni en eventos relacionados con la NFL. Más aún, no se les permite apostar en ningún deporte mientras se encuentren en las instalaciones de su equipo, en las sedes o incluso de camino a un partido. Las apuestas deportivas están prohibidas dentro de las instalaciones de cualquier evento relacionado con la NFL. Y además de esto, los empleados de la NFL no pueden apostar ni siquiera en deportes que no sean de la NFL en ningún sitio, sin importar si están en las instalaciones de su equipo o en cualquier otro lugar. Esto, sin embargo, no se aplica a los jugadores de la NFL -que pueden apostar en otros deportes si están en un estado donde el juego es legal y si no hay criterios prohibitivos (como estar en la sede o de viaje, etc.).
Para muchos, la estricta política de la NFL es un tanto irónica, sobre todo cuando la liga se embolsa millones de dólares de patrocinadores de apuestas. ¿Cómo pueden atreverse a adoptar una política semejante cuando reciben tanto dinero de las grandes casas de apuestas y de los sitios de apuestas deportivas? ¿Cómo pueden prohibir las apuestas deportivas y amenazar a los jugadores y empleados con sanciones -que a veces pueden ser suspensiones de partidos- cuando anuncian con tanto orgullo a las empresas de apuestas? Estas son las principales preguntas que se hacen algunas personas a la hora de evaluar la política de apuestas de la NFL.
Pero una visión más objetiva de la situación revela que ésta es la única forma que tiene la NFL de comunicar su integridad deportiva, mantener la confianza de los aficionados y mantener su coherencia cuando necesita racionalizar la decisión de aceptar el patrocinio de las marcas de apuestas.
La NFL, al igual que cualquier otra gran liga que tenga acuerdos de patrocinio con operadores de apuestas, necesita asegurarse de que saldrá de una pieza de estas asociaciones y de que no perderá aficionados y público, ni pondrá en peligro la confianza de la gente en la integridad del deporte.
El dinero que se gana con los grandes acuerdos con esas marcas es enorme y las oportunidades de tener una posición financiera sólida son únicas. Al mismo tiempo, las oportunidades de llegar a audiencias masivas en el fútbol americano, para las marcas de apuestas también son únicas cuando patrocinan partidos.
Pero el público en sí es el único grupo de interés que, al final, no parece tener ningún beneficio o ganancia particular y es el único constituyente que no es particularmente considerado por ninguna de las otras dos partes.
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