Cuando me topo con estos desarrollos siento que los grandes publicistas, a veces, como se diría popularmente, gastan su pólvora en el infierno. Me refiero a que muchas agencias solicitan presupuestos millonarios para generar campañas que algunas ocasiones ni siquiera llegan a ser persuasivas.
En el otro extremo, tenemos esta belleza de desarrollo publicitario que conjunta en su ejecución, un medio tradicional hasta el hartazgo (los flyers) con un concepto que podría clasificarse como guerrilla, al utilizar un elemento citadino que, con un manejo creativo llega a ser innovador y sorpresivo.
La idea de usar el limpia-parabrisas posterior de los autos para fungir como el arco del violín es simplemente magistral. El diseño fue desarrollado para las clases de violín de la Ilyes Jaryan’s Musicschool in Tunisia.
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