En los terrenos de la publicidad y dentro de los recursos de la retórica visual, la hipérbole es uno de los favoritos de los publicistas. Dicha herramienta no es otra cosa que llevar una expresión, ya sea gráfica o textual, a la máxima exageración.
Los ejemplos hablan por sí mismos. En el primero, el consumidor de la bebida dietética resulta ser tan delgado que se va por las rendijas de la alcantarilla. En el segundo, el dentrífico es tan sabroso que es usado incluso como condimento.
Definitivamente el recurso creativo es muy llamativo, pero hay que tener cuidado, porque a veces, la misa exageración logra resultados chocantes y pierde su efectividad como impulsor de compra.
Via: The Cool Hunter