El ejercicio de la publicidad y el diseño tiene un código de ética, aunque muchas veces no se respete; e indudablemente los creadores de esta campaña, atentaron contra él.
Realizar una campaña con imágenes que se sabe, van a molestar a ciertos sectores de la sociedad, es una jugada arriesgada; pero hacerlo precísamente por ello y con el burdo objetivo de simplemente llamar la atención, demuestra una falta de ética… aún cuando el objetivo de los diseños sea el bienestar social.
Fumar es lo mismo que ser sometido para una felación contra la propia voluntad. Ése es el mensaje de la campaña antitabaco promovida por la Asociación de Derechos de los No Fumadores (DNF) en Francia.
Haciendo uso de una metáfora (cigarrillo en vez de pene), desarrollaron estos gráficos que por supuesto, aún en Francia, la sociedad los consideró ofensivos.
A los diseños se les agregó el slogan: «Fumar es ser esclavo del tabaco.» La campaña corrió en los bares, discotecas y otros espacios públicos en Paris.
«Pretendíamos demostrar que el tabaco es una sumisión. Pues bien, ¿Qué mejor ejemplo de sumisión en el imaginario colectivo que una felación obligada?» dijo Gérard Audurueau, presidente de la DNF.
La realidad es que no importa cuan loable sea una campaña; como creativos debemos recordar que el mal no se combate con otro mal. Esto en realidad parece más un trabajo de novatos que una campaña social bien estructurada en cuanto a segmento, objetivo y evaluación de resultados.
La consecuencia fue obvia: la Autoridad de Regulación Profesional de la Publicidad (ARPP) reclamó su suspensión tras argumentar que el mensaje que pretendía transmitir era «ambiguo» y sugería «escenas de agresión sexual».
Como diría mi abuela… Hay que ser puerco pero no tan trompudo.