Realmente hacía un buen rato que no me reía así con una guerrilla. Es rumor urbano y de oficina, el que los empleados utilicen la copiadora para tonterías jocosas como fotocopiarse el trasero… Pues bien, Agent Provocateur, la marca de lencería, fue justo lo que hizo.
La ejecución consisitió en enviar a algunas de sus sexy modelos en ropa interior a puntos estratégicos de la ciudad; esto, en un camión con una de sus paredes transparente. Las chicas, a la vista de todos, se fotocopiaban sólo en lencería, entregando los gráficos a los transeuntes.
No sé cuan persuasivo pudiera ser, pero definitivamente vistoso y mediático, sí que lo fue; lo que le otorga una rentabilidad gigantesca como acción publicitaria.