Como si le faltara emoción a la publicidad, me topé ayer con una revista donde Gorbachov, el último mandatario de la recién desaparecida Unión Soviética, posa para anunciar un producto que podría catalogarse como ícono del capitalismo: una bolsa Louis Vuitton.
¿Es esto lo suficientemente curioso? Naahh. Lo realmente llamativo es que la imagen de «Gorby» meditabundo, recorriendo en coche lo que queda del muro de Berlín, obra de la brillante Annie Leibovitz, contiene un detalle sorprendente: emergiendo de la bolsa Louis Vuitton, aparece una revista donde, con esfuerzo y si se sabe ruso, se logra leer: «Asesinato de Litvinenko: 7.000 dólares por la traición». La traducción no es literal porque dicen que el ruso podría tener varios significados «»7.000 dólares por información», «7.000 dólares por el delator», etc.» sin embargo, eso es lo de menos.
Para los de corta memoria, Litvinenko fue el espía ruso KGB envenenado en Gran Bretaña y quien culpara a Putin de su muerte.
Las preguntas, planteadas por The New York Magazine son ¿fue un simple serendipity?; ¿Gorbachov quiso aprovechar la campaña global de Louis Vuitton para enviar un mensaje secreto sólo por él conocido? ¿o fue Annie Leibovitz quien puso esa revista ahí?
En Louis Vuitton no quieren saber nada. Gorbachov declinó responder a pregunta alguna sobre el tema. Annie Leibovitz tampoco se ha hecho responsable.
¿No es fascinante el tema de la publicidad? La verdad «como dicen los X-Files» está alla afuera.
En una de las ediciones latinas y ya lejos de las tramas de espías y mensajes ocultos, el anuncio añade el poderoso copy: ¿Viajamos para descubrir el mundo o para cambiarlo?
La recaudación de la campaña está destinada al proyecto ecológico del ex vicepresidente estadounidense Al Gore y Green Cross International, fundada por Gorbachov para promover el desarrollo sostenible.