Siempre he dicho que todo aquello que pueda volverse digital, será digital. Punto. Y esta aseveración ha ocasionado que muchas veces me pregunten en las conferencias de marketing si recomiendo entonces estudiar una maestría de marketing vía online… o si es mejor aún hacerla presencial.
La realidad es que no hay una respuesta absoluta a esta cuestión. No hay ni siquiera una respuesta certera a si hoy en día te conviene siquiera estudiar la maestría. Depende del área, de la institución, del programa e incluso del individuo. No obstante…
Hay que señalar que muchas instituciones tienen programas presenciales caducos; no es su culpa enteramente; la burocracia para que les aprueben los contenidos, suele ser desgastante y excesivamente dilatada. En este contexto no es raro que muchas instituciones enseñen conocimiento que ni siquiera es vigente. Esta es una de las principales razones por las que grandes gurús como Seth Godin o Tom Peters sugieran no estudiar un MBA.
Adicional a ello, están algunos profesores, que en muchas ocasiones carecen de actualizaciones a falta de una capacitación constante y siguen enseñando con métodos de hace años. Baste decir que hay quienes a nivel universitario no permiten usar laptops en sus clases (verdad jurada, aunque te cueste creerla) ¿Tienen miedo a que los alumnos busquen en ese mismo instante el tema y descubran más de lo que se les está enseñando? ¿O solamente es porque piensan que carecen de capacidad para despertar la atención y retención de su audiencia y que esta estará en las redes sociales?
La pregunta que les haría a los alumnos es ¿Te están enseñando algo que de verdad no está en internet o en libros que puedes adquirir por una fracción de lo que cuesta tu colegiatura? Porque si la respuesta es no… vamos… estás pagando porque te enseñen algo que podrías adquirir gratuitamente en una biblioteca, en la red o en un MOOC (Massive Open Online Course), cursos en línea en múltiples universidades alrededor del mundo dirigidos a un amplio número de participantes, en muchos casos, con contenido abierto y gratuito.
¿Entonces es mejor estudiar online?
La respuesta aquí es que si bien muchos de los grados en línea suelen tener programas más actualizados y poseen la ventaja de que el usuario puede escoger sus horarios de estudio, no todos los usuarios tienen la disciplina para cursarlos, ya que requieren de una autorregulación personal estricta y no es fácil para muchos, acostumbrados a asistir a un aula y a ser guiados por un educando.
En lo personal he encontrado que el estudio en línea me permite mayores ventajas dado que incluso puedo ampliar el conocimiento de un tema en el preciso momento en que lo deseo ya que tengo todo el poder de la red a mi disposición, pero repito, es mi caso personal. Aquí cómo han crecido las búsquedas en Google de maestrías online en los últimos años.
¿Qué viene en el futuro?
Siempre he creído que la educación sistematizada como la conocemos hoy, con programas y tiras de materias rígidas, pronto desaparecerán ¿Por qué estudiar materias que nunca utilizarás? Es una pérdida de tiempo y de dinero. Es como pagar 10 cuartos de hotel cuando solo ocuparás uno. En este marco, considero que los grados académicos para muchas carreras tenderán a transformarse, fragmentando su conocimiento en diversas asignaturas que el alumno podrá tomarse a voluntad, a fin de especializarnos solo en aquello que efectivamente le es relevante. En vez de que la institución asigne las materias, será el usuario quien arme su propio programa.
Es obvio que creo que la mayor parte de estos conocimientos se impartirán vía digital, pudiendo ser descargados en cualquier dispositivo, desde el desktop al smartphone, permitiendo al alumno avanzar a su propio ritmo en todos sentidos.
¿Qué está ocurriendo ya?
Como mencionamos anteriormente, los MOOC son hoy una realidad y un recurso que mucha gente alrededor del mundo está explotando a fin de obtener los conocimientos que requieren sobre tópicos muy específicos. En la siguiente gráfica de Google puedes ver cómo el interés por este tipo de aprendizaje se ha disparado en los últimos dos años.
Las principales características de estos cursos son:
- Acceso masivo de miles de estudiantes de todo el mundo interesados en un tema específico.
- Acceso libre y abierto, pues no requieren una prueba de conocimientos previos; ni ssiquiera ser alumno de la institución que ofrece el Mooc.
- Acceso gratuito ya que no requiere pago por el acceso a los contenidos y a la plataforma que realiza el curso. No obstante, podría estar arancelado el acceso a tutorías, evaluaciones, recursos bibliográficos o acreditaciones.
- Completamente en línea, lo que permite utilizar la potencialidad de internet (audio, texto, vídeo, animación).
- Interacción (asincrónica o sincrónica) en línea entre los alumnos a través de foros o herramientas de videoconferencia (hangouts, por ejemplo). Interacción estudiante-estudiante y estudiantes-profesores, mediadas por la tecnología.
Te dejo este video de lo que es un MOOC exactamente; está en inglés pero es bastante claro sobre el potencial de estos eventos. Si además quieres ver opciones de este tipo de cursos puedes ver Coursera, edX (con cursos de Harvard, el MIT y Berkeley) o Khan Academy.
A muchos les parecerá que la visión de fragmentar en cursos los rígidos programas académicos y la opción del estudio online o los mismos MOOC aún son horizontes ajenos a la realidad laboral… pues bien, desmintamos eso.
¡Al carajo los títulos!: Ernst & Young
Las oficinas del Reino Unido de Ernst & Young han anunciado que dejarán de requerir grados en sus solicitudes de contratación, pero en vez de ello aplicarán pruebas en línea para buscar personas con talento, independientemente de su origen ¿Por qué? Aseguran que no hay correlación entre el éxito en la universidad y el éxito en las carreras.
De hecho, Maggie Stilwell, socia directora de EY para el talento, asegura: Soy una gran fan del aprendizaje (Tengo una licenciatura y una maestría), pero también soy una gran fan de reconocer que la capacidad de escribir un documento o resolver una hoja de problemas de cálculo no necesariamente se traduce en éxito en el lugar de trabajo.
¿Esto es relevante? Responderé solamente con el dato de que EY es el quinto mayor reclutador de los graduados en el Reino Unido.
PricewaterhouseCoopers (PwC) en Reino Unido, hace unos meses, caminó por una senda similar al anunciar que eliminaría de sus requisitos de contratación el puntaje académico universitario ya que no existía una relación probada de este con el talento laboral… en otras palabras, tus calificaciones no importarán.
Si bien, lo de PwC fue un movimiento que llamó la atención, lo de EY es una decisión mucho más relevante, convirtiéndose en la primer gran compañía en dar el gran paso de no ver como impedimento para la contratación, la falta de un grado académico; y si las grandes organizaciones han comenzado a caminar hacia allá, sin duda seguirán muchas más, y el cambio no será pausado.
Los directores de empresas seguramente hablarán con sus áreas de RRHH y sus head hunters para modificar el modelo de contratación preguntándose ¿estos trabajos que estamos ofreciendo, realmente requieren de un grado, o solo requieren de alguien que posea conocimiento, que sea inteligente y capaz? ¿Seguiremos rechazando como en el pasado a personas altamente capaces sólo porque no tienen grados?
Conclusión
No hay una respuesta única a qué es mejor estudiar en la actualidad como podrás ver. Lo que sí es un hecho es que sin importar la decisión que tomes, el caudal de conocimiento que puedes adquirir vía online es realmente masivo y puede superar en muchos casos a la preparación netamente académica de un grado tradicional.
Los contenidos que muchas universidades están proporcionado de forma gratuita son incluso más de lo que podríamos aprender en una vida. Asimismo, la actualización que puede obtenerse a través de blogs, webinars, grupos de Linkedin, papers y muchos otros recursos online, supera cualquier expectativa.
La decisión es tuya… y hoy quiero cerrar con una frase de Aquiles en la cinta Troya: Do you know what’s waiting beyond that beach? Immortality! Take it! It’s yours!
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