Una de las preguntas más contundentes y definitorias para el marketing o incluso para la estrategia general de la compañía es: ¿En qué negocio estamos?
Esto viene a ser así porque en muchas ocasiones los negocios crecen rápidamente y se convierten en monstruos que se expanden horizontal y verticalmente hasta que un día se hacen preguntas como… Yo solía vender cerveza; ahora tengo problemas con mi fabrica de tapas, mi fábrica de vidrio, mi flotilla distribuidora y mi agencia de publicidad propia… ¿qué no vendía yo solamente cerveza?
La estrategia de core business es una de las más sanas que se pueden tener si se emplea bien el outsourcing.
El comentario surge porque ayer, en una visita a Comercial Mexicana, me llamó la atención ver que publicitaban en sus bolsas, la Comer en tu casa, un servicio de entrega a domicilio que puede ser solicitado vía telefónica o web y que comienza a ser cada vez más común.
Sería formidable que esta clase de servicios prosperara, sin embargo valdría la pena una lectura al libro de Vance Packard, Las Formas Ocultas de la Propaganda donde se nos habla de que las amas de casa que van al super, independientemente de lo engorroso que a veces pueda resultar, lo hacen porque sicológicamente es un paraíso de abundancia; lo que significa que comprar la lista de productos necesarios se vuelve secundario… la experiencia es fundamental. El poder decidir entre opciones, el conocer las novedades, el sentirse satisfechas de haber aprovechado una oferta, el encontrarse con pequeños pecadillos que llevar, son actos insustituibles. El negocio de los supermercados no es vender mercancía, sino satisfacciones que se puedan llevar al hogar.
Si bien es cierto que habrá hombres solteros, oficinas, personas viudas o discapacitados que puedan y quieran hacer uso del servicio del super a domicilio, puedo garantizar que muchas mujeres y hombres incluso, a pesar de las largas filas, seguirán optando por la vivencia.
No obstante, no se malinterprete mi comentario, la Comer y el resto de supermercados tienen que entrarle a la ejecución «a domicilio» como una táctica complementaria; los líderes deben hacerlo con las innovaciones, aunque sutilmente, sin dejar de lado sus funciones principales… pues uno no sabe cuándo los paradigmas puedan cambiar.