Hace apenas unos días, dos amigos míos visitaron la mítica Praga. A sabiendas de mi desquiciada pasión gráfica, me hicieron el inmenso favor de fotografiar este logotipo, cuyo manejo de las formas es innovador en más de un sentido.
Como se puede observar, la imagen cambia de una marquesina a otra, dando origen a una secuencia intensa e interesante. Cómo me gustaría encontrarme a ciertos dogmáticos profesores de antaño para restregarles en el rostro estas imágenes, cuando defendían los logos cual sacrosantos gráficos imposibles de flexibilidad… cuántos conflictos me hubiera ahorrado durante la carrera.
Lo que demuestra que el Diseño, como diría un verdadero maestro que afortunadamente me topé, es una disciplina con reglas muy definidas, donde todo se vale.
Retomando… quiero pensar que la imagen muestra al Golem (y su sombra); el Golem, quizás la más conocida de las «leyendas» judías y una figura esencial de Praga; un autómata, típicamente humanoide y típicamente masculino, monstruo de arcilla creado para proteger al pueblo judío de las persecuciones a las que periódicamente era sometido. Se le menciona en las persecuciones instigadas por el cura Tadeo y más tarde, evitando masacres durante la 2a Guerra Mundial. El Golem también ha sido un tema popular en la literatura, apareciendo en muchas leyendas, novelas, libros para niños y obras de teatro.
Así pues, la figura del Golem es típica de Praga y se le concibe como un ente, un monstruo protector, una imagen típica de la hermosa y enigmática ciudad.