Vivimos tiempos fascinantes sin duda alguna. La publicidad, al igual que otras áreas está sufriendo transformaciones vertiginosas. Los blogs y las redes sociales están marcando un hito en la comunicación.
Los marketing men lo saben, esto es palpable en un estudio de Webmaster World que señaló que el 77% de los blogs alojados en Blogger, el servicio gratuito de blogs de Google, son páginas basura, es decir, con fines publicitarios.
Y es que ¿de qué le sirve a una empresa un anuncio maravilloso si la publicidad viral que generan los blogs no le ayuda o peor aún, le despedaza?
Actualmente comenzamos a confiar más en lo que nos dicen otros usuarios que en lo que nos clama un publicista. Pronto, si no es que ya, veremos un acercamiento de agencias publicitarias, RP o más que eso, de los mismos clientes hacia las redes sociales y los blogueros. Review me es una clara muestra de esta tendencia.
Un ejemplo por antonomasia de red social es meneame, el sistema de promoción de noticias; sin embargo, su servicio es demasiado genérico. Tal y como lo escribieron Al Ries y Jack Trout, las categorías en productos y servicios siempre tienden a especializarse; de modo que las mismas redes sociales tienden a ello al enfocarse en tópicos más específicos, como «y me permito recomendarla ampliamente» cineame, sitio para destacar las novedades y noticias más importantes e interesantes del mundo del cine, publicadas en la red. ¡Brillante!
¿Qué vendrá ahora? ¿Cuál será la repercusión de esta ola imparable 2.0? De la misma forma en que sucesos como la caída del imperio romano, el renacimiento, la revolución industrial o la bomba atómica marcaron fin y principio de una era, así pues la web está tatuando nuestros días. Definitívamente, vivimos tiempos fascinantes.
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