Coca-Cola es una de las marcas con más historia en el mundo y por ende una fuente de inspiración para muchos artistas, diseñadores, marketers y creativos. Diseños conceptuales para su botella sobran, sin embargo, pocos como éste del diseñador francés Jerome Olivet.
La silueta sensual de la botella tradicional es quizás uno de los diseños más exitosos de la historia y por estas razones, un reto para cualquier diseñador, no sólo para colaborar en proyectos que la marca utilice, como las botellas de edición limitada, sino incluso para generar conceptos lúdicos sobre ella; un ejercicio similar al seguido por algunos compositores en la música cuando desarrollan «variaciones» sobre algún tema clásico.
Lo que presentamos aquí es una de las obras maestras devenidas de lo que ha provocado la marca líder refresquera. Se trata de un diseño de envase intitulado Mystic, que explota al máximo las texturas cual si se tratara de una escultura; impulsa los colores reales de la marca y los lleva a otro nivel, en una pieza futurista y funcional; sus líneas orgánicas y alegres armonizan perfectamente con el look & feel de la marca.
Indudablemente, un diseño memorable… y por cierto, ya me dio sed.
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