El director de arte en la publicidad y la comunicación de valor

Todo trabajo que requiera coordinar aspectos visuales necesita de un director de arte, sin importar si hablamos de publicidad, cine, medios impresos como catálogos o libros, videojuegos, etc. Su función es asegurarse que los códigos visuales elegidos logren el mayor impacto posible.

No es una tarea sencilla y demanda además de conocimiento, muchísimo talento e intuición. En el cine incluso se otorga un Oscar a tan distinguida labor.

En la publicidad, su trabajo no es menor, ya que su pericia puede hacer que un consumidor elija o rechace un producto o servicio. Si un diseño no atrapa la atención del usuario, no importa qué tan bueno sea lo que anuncia, es ya una venta perdida. [tti link=» Twittea esta frase»]Si un diseño no atrapa la atención, no importa qué tan bueno sea lo que anuncia, es una venta perdida.[/tti]

Para ejemplo de lo anterior este par de anuncios para la marca de lápices de colores Faber Castell; a primera vista parecerían simplemente otros dos diseños que emulan las pinturas de Van Gogh (La terraza del Café de la plaza Forum) y Edvard Munch (El Grito); sin embargo, si nos acercamos detenidamente a los diseños, lo que veremos es que NO están pintados, sino formados por los propios lápices de la marca.

Ser originales no tiene que ver con ser extravagantes, sino con comunicar el valor del producto de una manera innovadora. [tti link=» Twittea esta frase»]Originalidad no tiene que ver con extravagancia, sino con comunicar valor de una manera innovadora.[/tti]

Una labor impresionante, una dirección artística exquisita que transmite en sí misma una explosión de color… ¿Y no es esto precísamente la ventaja diferencial del producto?