Las luces tenues alumbran discretamente el centro de una sala de conciertos, se percibe la apacibilidad del repertorio que está a punto de empezar, se trata de la participación del coro infantil; en la sala se siente el poder económico y cultural de un país desarrollado, un recinto que provee todas las comodidades repleto de gente vestida para la ocasión, ostentando abrigos y chamarras para protegerse del frío y hasta del aire acondicionado. Estamos listos para empezar.
Sin embargo, en vez de recibir un concierto taciturno, la audiencia de la ciudad de Alemania de Wuppertal es sacudida, impactada con una actuación que seguramente dejará huella en los que tuvieron la fortuna de estar presentes durante la actuación e incluso de todo aquel que dirija su atención al video que después se viralizó y que inmortalizará su mensaje en la conciencia de quienes tienen oportunidad de verlo.
El poderoso mensaje inicia cuando el coro de niños, en medio del despliegue de voces talentosas, empieza a ser abandonado con una tranquilidad absoluta y casi molesta, por sus jóvenes integrantes. Uno a uno de los infantes, con intervalos de tres segundos, y sin alterar la canción que se estaba ejecutando, se fue bajando del escenario, hasta quedar un sólo niño, al final de la melodía… Así, al público estupefacto sin saber lo que ocurría, se le develo el misterio.
Ve el video para que descubras el poderoso mensaje que este último chiquillo transmitió a la audiencia.
¿Y qué tiene que ver esto con los temas de engagement? Simple. En realidad se trataba de hacer conciencia por parte de la ONG International Children’s Fund con motivo del Día Universal del Niño. La forma, fue esta conmovedora ejecución.
Este performance permitió a la organización recaudar fondos para sus acciones solidarias en distintos países del mundo, gracias a donaciones realizadas por usuarios que decidieron colaborar tras ver el video de la actuación del coro. A esta ayuda hay que sumarle los ingresos que se generan a través de iTunes, donde se puede comprar la canción interpretada en la emotiva acción.
Una muestra de que el marketing de atracción funciona para empresas, marcas, perosnas y ONG. Una ejecución brillante para recaudar fondos, un ejemplo contundente de que el engagement es posible obtenerlo de distintas formas, cruzando el mundo offline con el online y apostando una vez más a la emoción… emoción… emoción.
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