¿Es posible aprovechar cualquier acontecimiento, incluso la muerte, como un evento de marketing? La respuesta es sí… el último ejemplo: Mario Benedetti.
Sí, definitivamente es posible utilizar cualquier acontecimiento como una ventana de marketing, sin embargo, hay que hacerlo con clase.
Mario Benedetti es quizás el escritor más amado por los jóvenes latinoamericanos… es, en pocas palabras y para decirlo como Kevin Roberts, creador del concepto, una Lovemark. ¿Qué es una Lovemark? Es una marca que crea lealtad más allá de la razón. Sus ejes son el misterio, la sensualidad y la intimidad ¿Le hace falta algo a Benedetti?
Generar un desplegado en un periódico anunciando que la Editorial Alfaguara tiene disponibles las obras del autor, hubiera sido burdo, necio y poco persuasivo, especialmente para aquellos clientes potenciales que jamás se han acercado a las letras del literato.
¿Qué se necesitaba entonces? Explotar la Lovemark que representa este recién ido, genio uruguayo. En este contexto, el desplegado en prensa mexicana publicado por Alfaguara y Punto de Lectura es exitoso en todos sentidos; en él, Edgar Lomelí, editor de comunicación, genera un buen texto alabando al autor y reconociendo su obra inmortal. En sus líneas no sólo habla de los libros de Mario, sino que incluso cita frases suyas que se convierten en deliciosos copys para esta publicación.
La frase central, de la autoría obvia de Benedetti, encaja perfectamente en el anuncio, que discreto y elegante pero a la vez directo y contundente, tiene como objetivo vender la obra del autor aunque en ningún lado se presente un «call to action» ¿Acaso creían que las portadas de los libros eran sólo referenciales?
La imagen en blanco y negro con la mirada perdida en el recuerdo, del gran escritor, es ya un tiro de gracia en un diseño de mucho marketing. Gran anuncio con sabor a oda, a homenaje, a nostalgia… Esto es hacer publicidad inspirada e inspiradora.
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