¿Cuántos libros de marketing existen?, ¿cuántos de finanzas?, ¿de éxito? Miles. Muchos con promesas de beneficios inmediatos o fáciles de alcanzar mediante unas cuantas acciones, como si lo único que se necesitara fuese voluntad.
Es la economía de la inmediatez.
¿Qué es la economía de la inmediatez?
La economía de la inmediatez se refiere a la tendencia de las y los consumidores a buscar y valorar la disponibilidad inmediata de productos y servicios. En otras palabras, se trata de la capacidad de obtener lo que se desea en el momento en que se desea, sin esperas.
Esta tendencia ha sido impulsada en gran medida por el avance de la tecnología y la digitalización, que han permitido una mayor conectividad y acceso a información en tiempo real. Las personas pueden realizar compras en línea y recibir los productos en cuestión de horas…
Esto se puede ver con la más reciente campaña de Mercado Libre que define «ahorita» como «en menos de 24 horas.»
Pero la economía de la inmediatez también está relacionada con los contenidos.
Estamos desde hace años acostumbrados a recibir respuestas inmediatas de Google. Incluso hoy obtenemos trabajo en el instante a través de ChatGPT o cualquier otra herramienta de AI. Sin mencionar que también es posible acceder a cualquier streaming para ver o escuchar infinidad de contenidos en el segundo que lo decidamos. Google, Amazon, YouTube y muchos otros players ofrecen este servicio.
En este sentido, la economía de la inmediatez ha transformado la forma en que las personas actúan y… PIENSAN. Por desgracia, debido a esto último, hoy consideran que con la misma velocidad que obtienen productos, servicios y/o contenidos, podrían obtener soluciones a problemas que en realidad requieren más tiempo y trabajo.
Las soluciones inmediatas no sirven
Con el panorama anterior de la economía de la inmediatez, no extraña ver toneladas de marketers, agencias e influencers que publican tips de marketing ofreciéndolos como productos milagro, soluciones express a problemas que no se solventan con acciones superfluas.
No es raro ver títulos que prometen obtener seguidores, conversiones, visitas, viralidad y otros beneficios, siguiendo simples recetas de unos cuantos pasos, haciendo pensar que el marketing y otras disciplinas pueden dar resultados cuasi-instantáneos con pocos esfuerzos.
La realidad es que esos ofrecimientos y promesas NO SIRVEN DE NADA.
El camino correcto
Los únicos dos elementos que podrían garantizar un buen desempeño digital a una marca son:
- Un producto o servicio único o altamente diferenciado.
- Una estrategia sólida de marketing digital.
Una muestra de lo primero son las pizzas de Little Caesar’s. En un mundo donde la entrega a través de repartidores ya era menor a 30 minutos, la marca optó por la entrega en mostrador y sin un minuto de demora. Alta diferenciación.
Una muestra de lo segundo es la estrategia de Doppler, quienes venden servicios de e-mail marketing y automatización. Mantienen webinars y capacitaciones gratuitas mensuales, poseen un blog, una central de recursos y varias alianzas con markeeters digitales para que utilicen y recomienden la herramienta. Estrategia de marketing digital sólida.
Ninguna de las dos marcas tiene un producto único en el mercado, pero lo han diferenciado y han creado una estrategia que garantice resultados. Cero trucos o actos de magia. Cero inmediatez. Es plan y trabajo sólidos.
De modo que no nos dejemos engañar.
No hay soluciones inmediatas a problemas complejos. No en el marketing, no en las finanzas, no en la vida.
Nada reemplaza a la planeación, el análisis situacional, la fijación de objetivos, la definición de KPI’s y el trabajo constante. Lo demás… son solo bolas de humo.
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