Hablábamos hace unos días de la importancia de una buena presentación y de que la tarjeta de presentación debe ser inolvidable… pero aquí un ejemplo que va más allá… una papelería corporativa inolvidable y además 100% marketing de experiencia, alineada además al core business de la marca.
Sin duda alguna debe ser uno de los ejemplos más holísticos sobre un manejo excelente de branding en una papelería.
El proyecto pertenece a Dilly Dally, una tienda de juguetes que busca estimular la imaginación de los niños. Lo que me recuerda una frase que leí hace poco: ¿Por qué en vez de comprarle a tu hijo un Guitar Hero, no le compras una guitarra real?
En fin, para no desviarnos del tema y volviendo a la papelería, el diseño está pensado para hacer que cada pieza de ella sea una experiencia lúdica. La tarjeta de presentación puede armarse una con otra, cual si fueran partes de un mecano, y la hoja membretada tiene impresa por la parte posterior, instrucciones para volverla un avión de papel.
Por supuesto que nadie espera juntar todas las tarjetitas para armar un modelo o usar todas las hojas como aviones, eso es irrelevante; lo realmente trascendente es que la marca ha logrado generar marketing de experiencia desde la presentación de ella misma; (muchos dirían que es también un BTL; valdría la pena leer Fuck the Line).
Con esta papelería, Dilly Dally le ha dado a sus stakeholders una experiencia lúdica alineada 100% al core business de la compañía. Un logro extraordinario en identidad gráfica. Y a hora, think bigger! imagínense llevar el concepto al website y hacerlo lúdico, a las aplicaciones en Facebook, a la bolsa con la que se entregan los juguetes… cuando todas las aplicaciones gritan el nombre de la marca, eso es hacer branding. [tti link=» Twittea esta frase»]Cuando todas las aplicaciones gritan el nombre de la marca, eso es hacer branding[/tti]
¿Su negocio cuenta con algo así?
¡Aplausos!