Ya en otras ocasiones he planteado que ser diseñador, de formación, de carrera, de vocación (y no sólo por saber usar programas) se convierte en un modo de vivir… o como dijera nuestro amigo inglés de Noisy Decent Graphics, en una enfermedad. Con la traducción de cuartoderecha, les recomiendo ampliamente este artículo a todos los que aman, viven, sueñan, ven, laten y respiran… diseño.