¿Cómo llamar la atención de clientes y stakeholders?, ¿cómo destacar entre el resto de las marcas?… ¿Cómo dejar de ser promedio cuando en cada decisión buscas eso?
La semana pasada impartimos capacitación en marketing digital a un buen grupo de profesionales de marketing de México y el extranjero, provenientes del ITAM.
En ella explicábamos el proceso óptimo para hacer marketing de contenidos, desde la definición del buyer persona al conocimiento del buyer’s journey, el reforzamiento con acciones de social media con remarketing y el seguimiento de los leads vía marketing automation.
Una vez que terminamos de explicarlo, alguien preguntó:
– ¿Podríamos ver el caso de una empresa que ya lo haya hecho así?
Es una pregunta racional y hasta entendible pero miremos más allá… ¿por qué necesitamos ver que alguien más hace algo para entonces sentirnos seguros y atrevernos?
Dejar de ser promedio
Hace años, las ventajas diferenciales eran sostenibles, podían durar por años. Sin embargo, en días como los que vivimos, esto es solo una quimera. Si realmente deseamos sobresalir debemos dejar de ser promedio. Es la única forma de tener éxito en un negocio.
¿Por qué entonces perseguimos ser promedio? Por el miedo a destacar. Ser diferente es arriesgado. Podemos ser señalados. Podemos ser criticados. Sin embargo, estar en el medio no implica peligro. Ser promedio es seguro… aunque por fuera digamos que no queremos serlo.
Solemos comprar autos de color similar a otros, ropa que le hayamos visto a otros, accesorios que apreciamos en los influencers… Decimos querer destacar, pero la realidad es que buscamos desesperadamente el promedio…
Y como marcas hacemos lo mismo.
Pagamos por anuncios en Google, pautamos en Facebook, mandamos promociones por e-mail… y ahora apostamos por AI y confiamos en el marketing automation… justo como hacen TODAS las otras marcas.
¿Es malo? No… pero siempre hacemos eso… hacemos lo mismo que hacen todos… buscamos el promedio. No buscamos destacar.
Y hay que decirlo… dedicarse solo a buscar el promedio es condenar nuestra marca a la mediocridad, porque donde todos son iguales, nadie destaca. Debemos dejar de ser promedio.
Donde todos son iguales, nadie destaca.
Ser diferente… 3 ejemplos
¿Y si nos atreviéramos a hacer cosas que las otras marcas NO hacen? Tanto online como offline.
¿Pensaste que una marca de lentes les diría cuatroojos a sus clientes y aún así sería amada por ellos? Lee el manifiesto de Ben & Frank… o el copy de este post en Instagram.
¿O qué tal una pizza que no estuviera hecha de harina de trigo, sino de maíz azul (sí, como el de las tortillas)… y que además tuviera chapulines? Pixza se atrevió y ahora tiene su tribu propia y cuatro sucursales.
¿Pensaste que algún día tendrías una tarjeta de débito que no estuviera respaldada por un banco y que todo tu contacto con la empresa sería digital… y con UNA SOLA ejecutiva de cuenta llamado Luisa? (En realidad tienen muchas, pero para el usuario siempre será Luisa…) El caso real es Cuenca.
De modo que cuando hacemos la pregunta — ¿hay alguien más que lo haya hecho? — estamos condenando a nuestra marca a ser una más del montón. A ser una marca promedio. A nunca sobresalir. A nunca ser una marca que inspire.
La única forma de ganar miradas y apostar por tener lo que nunca hemos tenido y ser lo que nunca hemos sido es ser emperradamente diferentes… no promedio. ¿Estás dispuesto?
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