La película Pain Hustlers, protagonizada por Emily Blunt y Chris Evans, es una historia de ambición, corrupción y esas tácticas de marketing que poco a poco pasan de la astucia para caer en la ilegalidad. Debes ver Pain Hustlers si amas el marketing… y/o la responsabilidad corporativa.
Pain Hustlers, una historia real
La cinta, disponible en Netflix, está inspirada en una historia real expuesta en el New York Times en 2018, misma que el escritor Evan Hughes convirtió posteriormente en un libro de no ficción titulado Pain Hustlers (El negocio del dolor).
Tanto el libro como el artículo detallaban a una empresa farmacéutica que comercializaba un medicamento basado en fentanilo para el tratamiento del dolor. La investigación del autor incluye las tácticas cuestionables de marketing con las que la compañía vendió el medicamento, entre ellas, la práctica de contratar representantes de ventas muy atractivos y sobornar a los médicos.
La historia de Pain Hustlers
La película sigue a Liza Drake, una madre soltera que encuentra trabajo en una compañía farmacéutica en quiebra. Liza rápidamente demuestra tener un talento natural para las ventas, y gracias a un evento fortuito encuentra un camino para ayudar a la compañía a salir de su situación.
Todo sucede de forma casi maravillosa hasta que Liza se da cuenta de una realidad: cuando el dinero comienza a fluir imparable en una empresa, esta se puede involucrar rápidamente en actos de soborno, corrupción y otras actividades ilícitas.
Al enterarse, Liza está dividida entre su lealtad a la compañía con todos los beneficios que involucra y su conciencia, al notar que vidas humanas se están poniendo en riesgo. Ella quiere seguir siendo exitosa, pero también quiere hacer lo correcto… por desgracia en empresas corruptas, esto rara vez es posible.
3 lecciones de marketing de Pain Hustlers
Las barreras de entrada se derrumban si hallamos una fisura
Pain Hustlers muestra cómo el marketing no es una disciplina fácil.
Hacer que un producto penetre el mercado es un proceso complejo, y a veces las barreras de entrada como la reticencia de los distribuidores o recomendadores, suelen ser abismos insalvables aún si nuestro producto es de lo mejor.
No obstante, tener un conocimiento profundo de las emociones de los clientes puede abrir oportunidades que ni siquiera la big data nos daría.
Liza es una vendedora natural, pero también es inteligente y perspicaz. Tras comprender el dolor y la necesidad de un cliente potencial, descubre la fisura necesaria para derrumbar la barrera de entrada y penetrar el mercado.
El marketing es un proceso continuo
Siempre se nos ha dicho que las empresas deben innovar constantemente y adaptar sus estrategias de marketing para mantenerse al día con los cambios del mercado.
Esto es completamente cierto y lo podemos ver en la enorme cantidad de cambios que el marketing ha tenido en las últimas dos décadas: BTL, social media marketing, e-mail marketing, content marketing, e-commerce, metaverso, NFT, realidad aumentada, realidad virtual y el último hito, Inteligencia Artificial… Vivimos en el darwinismo digital: es imposible llevarle el ritmo a la evolución de las tendencias.
El problema se complica cuando algunas de esas tácticas comienzan a deambular en esa línea gris entre lo que es ético y lo que no… o peor aún… en lo ilegal. En nuestro día a día lo podemos ver con la brutal recopilación y manipulación de data, los fraudes digitales, los discursos de odio a favor de movimiento políticos, las fake news, los deep fake, etc.
En la cinta, Liza se adapta rápidamente a las tendencias y oportunidades, lo que le ayuda a la compañía en un inicio a tener éxito descomunal. El conflicto llega cuando pasado un punto de estabilización, la directiva de la compañía solo quiere saber la respuesta a ¿cómo seguir haciendo más dinero? Algo que es muy común también en la vida real.
La responsabilidad corporativa debe marcarle límites al marketing
Pain Hustlers es claramente un close up sobre la ambición y la corrupción en las marcas. La película muestra cómo la voracidad por las ganancias puede cegar a las personas y llevarlas a tomar decisiones que incluso pueden ser perjudiciales para el resto de la sociedad. Pain Hustlers muestra la brutal crisis de los opiodes en EUA devenida de esta situación.
En la cinta, Liza es una mujer que está desesperada por romper su frustrante situación económica y tener éxito. Ella está dispuesta a hacer todo lo posible para alcanzar sus objetivos, incluso si eso significa torcer un poco las reglas… pero ¿qué tanto es un poco? A veces ni siquiera nos damos cuenta de que nos pasamos y debes ver Pain Hustlers para entenderlo.
La ambición es una fuerza poderosa que puede ser positiva o negativa. Las y los profesionales de marketing deben ser conscientes de los peligros de la ambición desmedida.
En la cinta podemos ver esto con el fentanilo, pero la situación es trasladable al mundo de hoy con petroleras, plastiqueras, alcohol, comida chatarra, bebidas azucaradas, cosméticos y un largo etcétera.
Hay empresas corruptas que están dispuestas a hacer cualquier cosa para ganar más dinero, incluyendo extorsión, sobornos, mentiras a los reguladores, estudios falsos o modificados a modo, entre muchas otras actividades ilícitas. Es vital entender límites y cómo hacer marketing con responsabilidad corporativa.
Conclusión
Pain Hustlers es una película que ofrece una visión crítica de algunas prácticas de marketing en la industria farmacéutica, aunque como ya señalamos, esto es perfectamente aplicable a muchas otras industrias en la actualidad.
Cuando el marketing comienza a perder de vista la ética, las consecuencias pueden ser desde graves hasta completamente desastrosas.
Pain Hustlers es una advertencia sobre los peligros de ese marketing deshonesto, voraz y…adictivo. Debes ver Pain Hustlers si amas el marketing… o la responsabilidad social.
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