Independientemente del tema deportivo, centrémonos en la identidad gráfica y… tirémonos al piso de risa. Permítanme explicarme.
El nivel de los equipos de CONCACAF, salvo algunas excepciones, es muy pobre; es claro que darle énfasis a ello, mercadológicamente resultaba poco atractivo, de modo que ¿cuál fue la solución? ¡Claro! Resaltemos Champions, un nombre que lleva impregnado el prestigio de las mejores escuadras europeas.
Obviamente los medios se han dado vuelo con esto y sarcásticamente la han tatuado con fuego como la Concachampions (sobra decir que a CONCACAF no le gustó nada el mote). Pero bueno, eso sucede cuando nos queremos adueñar de posicionamientos ajenos.