Vaya cualquier día al supermercado, camine por el pasillo de los cereales o los detergentes… ¿Cuántas marcas puede observar? ¿Realmente encuentra diferencias sustanciales en ellas? Hacia el interior de una empresa una marca es una protección legal, el escudo de nuestra patente, la armadura de nuestro producto. Sin embargo, hacia afuera las marcas han perdido toneladas de significado y en muchas ocasiones sólo son la pequeña diferencia gráfica entre dos bienes que, en una prueba ciega, no podríamos diferenciar. Triste pero cierto.
Las marcas funcionaron a la perfección cuando no había muchas de ellas… hoy no son suficientes, necesitan refuerzos, necesitan vivencias, experiencias, emociones.
Para muestra de lo anterior, la cerveza ¿Cuántas marcas de cervezas podría usted distinguir con los ojos vendados? La verdad es que la mayoría de nosotros ni una sola ¿Cómo enganchar consumidores frecuentes en una realidad así de dramática? ¡Emociónalos!
Coca-Cola con la felicidad y Heineken con su marketing de experiencias demuestran un cabal entendimiento de este punto.
La cervecera ha apostado por engarzarse con sus potenciales consumidores a través de activaciones sumamente vivenciales, como este festival de música aderezado «socialmente» con códigos QR personalizados. Nunca en toda su ejecución arrojan un vulgar «compra» o «adquiere»… sin embargo, es seguro que muchos se engancharon con la marca… y es que hoy, la persuasión para que funcione, no debe sentirse como persuasión. [tti link=» Twittea esta frase»]La persuasión para que funcione, no debe sentirse como persuasión.[/tti]
Emociónalos, y como dice la fantástica cinta Field of Dreams, estelarizada por Kevin Costner… If you build it, he will come.