Gestionar redes sociales, ya sea para una empresa o una marca personal no es una tarea sencilla; un mal tuit o una burda actualización de estado en Facebook pueden dar al traste con mucho trabajo logrado durante años. Vivimos en los días del contenido, del marketing emocional, de la socialización… Necesitamos ser extremadamente inteligentes con lo que comunicamos. Apréndete una verdad: Todo lo que publicamos dice algo de nuestra marca… TODO.
¿Conoces la revista Vogue? ¡Qué pregunta! ¡Por supuesto que sí! ¿Creerías que una persona tan experimentada como su editora pudiera meter la pata publicando un mal contenido en algo tan efímero como sus redes sociales personales?
La redactora jefa de la revista en Estados Unidos, Elisabeth Von Thurn und Taxis, de 32 años y de origen alemán, mejor conocida como “TNT”, publicó en su cuenta de Instagram un retrato de una indigente recubierta de mantas y con todas sus pertenencias en la calle; la desposeída tenía en sus manos un ejemplar de la revista.
“París está lleno de sorpresas… ¡y hay lectores de Vogue hasta en los rincones más insospechados!”, señaló en su cuenta. (“Paris is full of surprises….and @voguemagazine readers even in unexpected corners!”)
Las redes sociales son ultraflamables y los comentarios no se hicieron esperar, llamándole “poca vergüenza” y responsable de una foto “cruel”, “estúpida” y de “mal gusto”. Tras esta inesperada ola de comentarios, la editora decidió borrar la imagen, aunque todavía trató torpemente de defenderse con comentarios como: “¿Por qué cruel? ¡Esta persona es tan digna como cualquier otra!”
Poco después, von Thurn und Taxis decidió retractarse, eliminó la foto y colgó otra fotografía con una imagen del río Sena en la que ofrecía sus “más sinceras disculpas por las ofensas.”
I wanted to extend my sincerest apologies for the offense my post has caused. Yours truly Elisabeth
Una foto publicada por Elisabeth von Thurn und Taxis (@elisabethtnt) el
Es válido generar polémica, es incluso recomendable tener posturas y defenderlas, pero la línea es muy delgada entre lo que puede resultar ofensivo y lo que no y hay que tener mucho cuidado de cruzarla porque podemos desatar una crisis, dañar nuestra reputación personal y la de la marca que representamos. Así como hay marcas cuyas acciones, por mínimas que sean, provocan engagement, hay otras que meten la pata y provocan desazones como éste.
Siempre antes de darle el SEND final pregúntate si ese contenido podría ofender a alguien y qué reacciones pudiera desatar.