En cuanto a la forma de escribir bien, Paul Graham dijo «Escribe una mala versión lo más rápido que puedas; reescríbela una y otra vez cortando todo lo que no sea necesario.»
Por desgracia, es muy fácil seguir su primer consejo y luego abandonar el resto; eso lo hacemos con los contenidos personales en nuestras redes y/o blogs; y lo hacemos aún más con los de nuestras marcas y empresas porque no los sentimos nuestros. Cuando eso sucede, nuestros textos quedan entonces simplemente como redacciones frías ocorporativas que no enganchan ni inspiran; en otras palabras, contenido muerto, contenido inservible.
El contenido que engancha y que inspira, además de obviamente tener una sustancia relevante, emotiva y única, debe tener una escritura eficaz, magra, limpia y fácil de leer.
En ese espíritu, he aquí algunos tips para pulir el primer borrador de tu contenido y comenzar a darle forma de algo que verdaderamente tu usuario lea y ame.
Despójate de lo que no sea esencial
Aparentemente es difícil pero en realidad, lo que debemos pensar al escribir es que el lector gusta de leer como si el autor le estuviera hablando directamente; tips básicos para lograr esto son:
- Encuentra la acción (¿Quién hace que?)
- Cambia la acción a un verbo activo simple.
- Expresa la idea rápido, sin darle vueltas.
Aquí hay un ejemplo de una frase excesivamente larga y rebuscada:
La percepción es el proceso de extraer información de la estimulación que emana de objetos, lugares y eventos del mundo a nuestro alrededor.
Aquí la despojamos de lo no esencial:
La percepción extrae información del mundo exterior.
Mira cómo pudimos reducir la frase de 21 palabras a 7 ¡una reducción del 66%! retirando toda la cháchara de adorno.
Lo anterior no quiere decir que no podamos usar la retórica ocasionalmente, sin embargo, muchos parece ser que es el único lenguaje que quieren utilizar.
No escribas palabras, escribe «música»
La buena escritura te mueve sin esfuerzo a través de las palabras; la lectura se vuelve tan rápida como el pensamiento. Parte de dominar este flujo, esta «música» al escribir, significa entender la interacción entre las oraciones cortas y largas.
El autor Gary Provost explica la importancia de encontrar tal armonía en su libro 100 Ways to improve your writing. A continuación hay dos ejemplos; el primero muestra oraciones todas de una misma longitud, mientras que el segundo, literalmente, hace música al variar la extensión:
Esta oración tiene cinco palabras. Aquí hay cinco palabras más. Las oraciones de cinco palabras están bien. Pero utilizarlas juntas es monótono. Observa lo que está pasando. La escritura se vuelve aburrida. Su sonido parece de robots. Es como un disco rayado. El oído demanda alguna variedad.
Ahora escucha cómo, variando la la longitud de las oraciones, se crea música. La escritura canta. Tiene un ritmo placentero, cadencia, armonía:
Utilizo oraciones cortas. Y utilizo oraciones de longitud media. Y algunas veces cuando estoy seguro de que el lector está descansado, lo atrapo con una oración de longitud considerable, una oración llena de energía, construida con todo el ímpetu del crescendo, el redoble de los tambores, el estruendo de los címbalos – sonidos que dicen: escucha esto, es importante.
La enseñanza: tus textos deben ser una combinación de oraciones cortas, medianas y largas. Debes crear un sonido que plazca al oído del lector. No escribas sólo palabras. Escribe música.
Toma inspiración del estilo atemporal
El novelista Neil Gaiman dijo una vez que los escritores encuentran su propia voz sólo después de haber sonado como otras personas. En el camino de escribir tus propias oraciones básicas, comienza por el estudio de los que han superado la prueba del tiempo.
Las citas, refranes y máximas tienen una manera de quedarse contigo mucho después de que los has leído; el autor Cody Delistraty dice que es porque son un triunfo sintáctico y una victoria visceral. Un mal contenido puede arrojar un diluvio de palabras y ni una gota de revelación.
El escritor que está ansioso no escribe. Aprende con el ejemplo en vez de con reglas. Necesitas leer, leer y nuevamente leer, pero no con los ojos de siempre, sino analizando, entendiendo por qué un escritor armó así su párrafo. Al principio te resultará complejo, pero después, tu lectura y escritura fluirán con mayor rapidez y profundidad.
Sé más que claro: sé vivencial
Joseph Conrad, un novelista famoso que no era un hablante nativo de inglés, a menudo usaba palabras poco comunes para crear descripciones llamativas… sin embargo, hacer eso con nuestros lectores puede confundirles. El objetivo es ser real y sobre todo vivencial. Tus lectores quieren ver lo que tú ves. Muéstrales.
Toma dolores infinitos hacer algo que parezca que se hizo sin esfuerzo. Tu audiencia no quiere saber cuánto te esforzaste, no se lo digas… lo que quiere es ver el producto final, vivir una experiencia con él. Toda la buena escritura es humilde. Ocultar tu esfuerzo es el último regalo que debes dar a tu público. No sabrán de los borradores descartados, o del trabajo, la preocupación y el dolor generado en tu mejor intento de obtener un producto final agradable; y no van a saberlo, porque tú debes hacerlo parecer fácil.
Helos allí, cuatro consejos al parecer simples pero en realidad harto complejos para generar contenido de primera al menos en su empaque, porque el alma y los tecnicismos como el SEO, obviamente son otra cosa. El mejor contenido es aquel con sustancia relevante, con extraordinaria sintaxis y visuales seductores… ¿Puedes hacer que tu audiencia ame tus contenidos?