El patrocinio es una figura muy antigua en la publicidad. El patrocinio es un convenio entre una empresa y una entidad para que ésta ostente una marca que desea publicitar la organización.
Los beneficios son obvios. El patrocinador gana popularidad al publicitar su marca y el patrocinado ahorra o incluso gana dinero. Esta figura es muy vista por ejemplo en deportes y eventos especiales.
No es algo que me encante como marketer porque fuera de la recordación de marca no puede comprobarse eficazmente su ROI. Bien dice aquel axioma «Sabemos que la mitad de lo que gastamos en publicidad no sirve, el problema es que no sabemos qué mitad.» [tti link=» Twittea esto.»]Sabemos que la mitad de lo que gastamos en publicidad no sirve, el problema es que no sabemos qué mitad[/tti]
En fin, la intención de este post no es cuestionar el patrocinio sino la manera en que se diseñan los materiales de éste. ¿Cuántas veces hemos visto que los patrocinios no son otra cosa que la marca estampada en todos los materiales posibles? Cero creatividad es igual a cero recordación. [tti link=» Twittea esto.»]Cero creatividad es igual a cero recordación[/tti]
Para lograr una buena recordación hay que fundir nuestro producto con la entidad que se patrocina. Absolut nos trae un buen ejemplo, ligando su marca con el evento que patrocina, la Semana de la Moda en Nueva Zelanda. ¿Como? Con una sencilla metáfora donde la inconfundible botella sustituye al tradicional maniquí.
Si vamos a tirar unos billetes, al menos que sea estratégicamente.
Ficha Maram
Retórica: Metáfora (¿Qué es esto?)
Diseño: Retoque digital
Marketing: Publicidad impresa
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