Una guerrilla divertida para Mercedes-Benz. la acción, sencillísima en sí, consistió en colocar una escudo de la marca sobre los cofres de los autos que no son Mercedes, para simular que sí lo eran. Cuando el conductor se acercaba a su auto, junto al escudo hallaba una tarjeta con una invitación para una prueba de manejo.
Jocosa, targeteable (uno puede escoger los autos del segmento) y tentadoramente persuasiva.