Hace ya algún tiempo, en la extinta revista ADCEBRA (que Dios la tenga en su Gloria), se mostraba un pequeño estudio cualitativo referente a cómo publicitar comida en un anuncio impreso.
Se realizaron 3 desarrollos gráficos de mucha calidad, pero sólo uno de ellos utilizaba una fotografía del alimento. Después de mostrárselos al focus group, el resultado fue que el anuncio con la fotografía vendía mejor. La conclusión era sencilla: Comida vende comida.
La frase se me quedó grabada y aún hoy, cada vez que miro un anuncio de alimentos, lo vuelvo a comprobar. No en balde los perfectos product shots en los backlights de McDonald’s.
Tal vez sea por ello que esta campaña me parece desastrosa. ¿Cómo juntar dos imágenes tan disímiles? Entiendo perfectamente la metáfora, pero ¿formar comida con cadenas y tapones para drenaje? me parece algo escatológico y repulsivo… el resultado como usuario: jamás tomaría este producto. Claro que puede haber quien opine diferente; en lo personal, me parece harto desafortunado y pienso que a veces, a los creativos se nos va la mano. No hace falta sólo la gran idea, hay que saber algo de semiótica y de marketing…
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